El hallazgo puede tener implicaciones en la prevención de enfermedades transmitidas por mosquitos,como malaria y dengue.
Las bacterias que viven en nuestra piel, es lo que determina qué tan atractivos somos para un mosquito.
Según una investigación en Holanda, quienes tienen una mayor abundancia de microbios en la piel son el alimento favorito de estos insectos.
Para picar a sus víctimas, los mosquitos se guían por varias señales físicas y químicas, como el calor, la humedad y el sudor.
El olor de los repelentes ayuda a evitar la atracción de los insectos, pero esto sólo sucede en algunas ocasiones y el efecto dura muy poco.
Según el doctor Niels Verhulst, la investigación ayudará a evitar que se propaguen los casos de malaria y dengue. ^PL