La energía que marca la diferencia entre el éxito y el fracaso está en la mente. Tú puedes generar avances si canalizas tu energía hacia un propósito determinado.
Es muy humano tener grandes ideas que no se llevan a cabo, pero hay ciertos planes ambiciosos que pueden ser perfectamente viables. Lo que puede faltarles es la buena voluntad para activarlos, por lo que mantén tus ideas de progreso vivas planeando acciones y eliminando así tu pereza mental.
PERFECCIONA TU ACTITUD MENTAL
El impulso y la energía sugieren ser atributos físicos; así como hay personas que nacen con grandes características físicas, así también hay ciertas cualidades psicológicas que son innatas; pero hay una apreciable similitud entre lo físico y lo mental. Todos podemos escoger y alcanzar una meta para nuestro éxito personal. Concentrándote en tu objetivo, vas a generar ese impulso que te va a llevar hacia el triunfo.
Habrá ocasiones en que el renunciar a tus propósitos sea lo más conveniente, pero antes de hacerlo, analiza los posibles resultados. Si las probabilidades de éxito siguen superando a las expectativas del fracaso, moviliza tu empuje y tu ánimo para proseguir y alcanzar el fin proyectado.
DETERMINA EL GRADO DE TUS IMPULSOS
Si estás de acuerdo con la mayoría de estas apreciaciones te va a resultar más fácil alcanzar tus metas:
O Te sientes con menos edad de la que tienes.
O Eres estable, calmada, socialmente exitosa y segura de ti misma.
O Tienes un deseo vehemente de triunfar.
O Te avienes gustosa a los cambios.
O Cuentas con un sentido de libertad y sabes que vas a llegar muy lejos.
O Aceptas los riesgos bien calculados.
O Tu carrera ha sido más exitosa de lo que originalmente esperabas.
O Rara vez te enfermas y faltas a tu trabajo.
O La tensión y el estrés no te afectan.
O Haces ejercicio y no fumas.
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