EL TIEMPO ES VIDA
El tiempo es irreversible e irremplazable; perder el tiempo es desperdiciar tu vida, pero el aprovecharlo es ofrecerle beneficios a tu vida. No se trata de volverse una esclava del reloj o alguien supereficiente. Para ser más específica, hay tres personas con estas características:
La superorganizada -siempre está haciendo listas, no actúa sin antes haber planeado hasta el último detalle de cada actividad. Estas actitudes le impiden aprovechar nuevas oportunidades.
La superejecutora -está siempre ocupada, es difícil lograr un acercamiento con ella, carece de espontaneidad, es exageradamente eficiente, todo su tiempo en la oficina y en su casa lo emplea en el trabajo; nunca tiene un momento para relajarse.
La obsesiva con el tiempo -se pone nerviosa y contagia a los demás con su preocupación por el tiempo. Siempre anda de prisa, sabe cómo ahorrar siete minutos comiendo su cereal. No es nada grato trabajar con ella.
Si piensas que tratando de "llevar un control" de tu tiempo y de tu vida tienes que ser superorganizada, estás equivocada. Cada persona que hemos descrito, ha convertido riesgos potencialmente valiosos en desventajas.
Cada persona requiere de una variedad de grados en estructura y espontaneidad en sus vidas. En la actualidad, con los múltiples cambios, las oportunidades para tomar decisiones (por lo general complejas y difíciles) se han multiplicado.
Todos quieren algo de ti, quizás hasta tú misma; pero trabajas, eres miembro de una familia, eres buena ciudadana y estudias al mismo tiempo; tienes que sortear tu tiempo para cumplir con todos esos roles. Has renunciado a cierta libertad para decidir cómo emplear tu tiempo a cambio de otras cosas importantes como seguridad, compañía, dinero.
El tiempo es principalmente algo personal; sin embargo, no podemos negar que la edad, la educación, el status económico y el genero; imponen límites reales en todas nosotras.
El uso del tiempo es el resultado de miles de decisiones tomadas durante años; ya sean por hábito, como escapes, por urgencias, por presiones de otros o por compromiso... pero, ¿es lo que realmente has querido? Hay una alternativa: seguir la corriente, soñar o ahogarte -o puedes decidirte.
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