Té hoja suelta, LS, Leolab. Categoría Empaque. Mención Plata, 2011.
Con más de dos décadas de historia, los premios Quórum han recibido y apoyado las propuestas de varias generaciones de diseñadores mexicanos. Año con año sus finalistas ofrecen una visión renovada de la creación nacional.
Los concursos y premios son la plaza pública más importante en las artes visuales. Generan expectativa, sorpresa y controversia. Al proponerse la creación de un evento de esta naturaleza se responde a una necesidad doble: por un lado separar la calidad de lo mediano, y paralelamente establecer nuevos estándares que impacten de manera positiva a todos los participantes. Podemos decir que un concurso no es sólo un filtro sino un motor de cambio para todo un gremio.
Fundada en 1985, Quórum Consejo de Diseñadores de México, A. C., es una asociación de empresas y profesionistas mexicanos del diseño cuya finalidad es “difundir, prestigiar y dignificar” su ámbito, conscientes de que en nuestro país los diseñadores industriales y gráficos están lejos de tener el lugar que merecen.
Cabe señalar que las actividades afines al diseño no son meramente técnicas, como cree una buena parte del público, ni tampoco completamente artísticas, según quisieran algunos. Suspendidas entre la función práctica y la visión estética suponen en primer término la solución a un problema cotidiano a través de una nueva óptica centrada en soluciones innovadoras, bellas o incluso desconcertantes, pero siempre funcionales.
Ante esta compleja tarea, Quórum se propone la siguiente misión: “Establecer y asegurar lineamientos de apego a los principios de calidad, costos y ética para el ejercicio de la profesión, promover y avalar la labor de sus agremiados ante el mercado potencial y contribuir al rescate de los valores culturales y estéticos de nuestro país”.
De igual modo perfilan sendos objetivos: guiar la conducta profesional de los agremiados, asegurar el apego a los principios de calidad, costo y ética para el ejercicio de la labor, apoyar académicamente a las instituciones educativas a fin de desarrollar una cultura de diseño orientada a la comunidad de negocios y contribuir al rescate de los valores y de la estética nacional. ¿Cómo aterrizar en la práctica ese hilo de buenas intenciones? Tantos frentes parecen imposibles de ser abordados por una sola institución, pero sí se puede incidir en puntos clave, detonantes creativos que progresivamente cambien el panorama. En tal contexto es donde toman forma y sentido los premios Quórum.
HONRAR AL DISEÑO
El premio Quórum fue instaurado en 1990 para reconocer los trabajos más destacados del diseño grafico (en diversas categorías, como diseño editorial, identidad corporativa, página web, ilustración, cartel, fotografía), e incluyendo a partir de 1999 la rama de diseño industrial. A lo largo de los años el premio se consolidado, siendo a su manera una cita obligada para los profesionistas en el ramo.
Uno de los aspectos más importantes en todo certamen es su jurado. En este caso, el jurado de Quórum está compuesto por un grupo multidisciplinario que cuenta con una larga experiencia laboral. Sus integrantes califican cada proyecto tomando en cuenta su solidez y originalidad.
Desde luego, no hay que interpretar ‘originalidad’ como un planteamiento estrambótico ni por ‘solidez’ algo muy apegado a las reglas. El diseño es un ejercicio intelectual, un rompecabezas con múltiples soluciones. La originalidad puede ser una combinación de formas, un desarrollo de pensamientos o una concatenación de imágenes que, como en un juego de prestidigitación, parten de lo normal y anclan en la sorpresa.
En lo que a solidez se refiere podríamos hablar del equilibrio de los materiales con respecto a la idea, es decir que apariencia y función tengan armonía.
A esos criterios se suma el acertado uso de los recursos, aspecto de capital importancia. Otra creencia que el mercado ha difundido entre la gente es equiparar la palabra ‘diseño’ a ‘exclusividad’, así nos encontramos ropa o muebles ‘de diseñador’ a precios obviamente mayores al promedio. La realidad es que TODO es diseño. Tal vez subdividido en los segmentos socioeconómicos a los que va dirigido, pero al final sólo podemos hablar de si es bueno o malo.
Más que adornar, el diseño aborda problemas de la vida real en términos de herramientas y comunicación. Así pues, uno ‘bueno’ no nada más cumple con un objetivo práctico sino que llega a la meta de la manera más elegante posible, hablando en los términos de Ortega y Gasset: “El arte de elegir bien nuestras acciones, eso, precisamente eso, es la elegancia. Dicho de otro modo, ética y elegancia son sinónimos”. Es decir, función y forma, contenido y apariencia. La visión que cambia el sentido de lo usual para hacerlo nuevo. Al final de cuentas, el sentido de armonía que resulta indispensable para la vida del hombre.
INNOVACIÓN Y PROPUESTA
Como todo certamen, el premio Quórum está siempre expuesto a la crítica y en continuo replanteamiento. Tal vez su mayor mérito es que se ubica entre los concursos que operan magníficamente, y en especial a nivel licenciatura, siendo un encuentro formativo para los jóvenes.
Un vistazo a los premios de 2011 nos muestra que la fuerza del premio está en pleno tránsito generacional, con la experiencia que aporta el jurado como un filtro y el empuje y la frescura de los noveles creadores. Podemos pensar en propuestas como Té Hoja Suelta (Leolab) ganadora de una mención en la categoría de Empaque; YOZEN (Punto de Fuga Diseño S. A. de C. V.), distinguida en Espacios comerciales y exteriores; o Digital Invaders (Grupo W), acreedora al galardón en Página web. Son trabajos que muestran la cara global del diseño mexicano, que entra en este flujo sin fronteras donde los rasgos de identidad se desvanecen ante una estética colectiva y genuinamente internacional.
Por su parte creaciones como Contenedores para recolección selectiva de residuos sólidos en Ciudad Universitaria y Bicicleta de bambú, ambas desarrolladas por el Centro de Investigaciones de Diseño Industrial (CIDI-UNAM) y vencedoras en el rubro Industrial (en las subcategorías de Espacio exterior y Equipamiento deportivo respectivamente), abordan problemáticas cotidianas optimizando servicios y proponiendo soluciones a un coste accesible. Sin intentar jerarquizar, acaso esta vertiente del diseño, la de corte social, es la que ofrece mayores retos en vista de las limitantes del México actual.
A su vez, en el cruce entre lo moderno y lo tradicional encontramos en la categoría Textil y de modas la mención otorgada a la Universidad Iberoamericana por su Diseño de telas, grupo étnico Chinantecos, que propone una aplicación de los procesos artesanales en un contexto de alta costura.
Es importante destacar que tradicionalmente, entre los numerosos proyectos presentados a los premios Quórum sobresale la UNAM como institución generadora de talentos y propuestas frescas.
En suma, la experiencia de dos décadas del premio Quórum está en sintonía con la etimología misma de la palabra diseño, cuya raíz en italiano significa ‘perfilar, dibujar’ y se complementa con el vocablo en latín designare, ‘dar nombre, elegir algo’.
Una idea, una elección de elementos, un conjunto que resuelve una necesidad. El diseño es un camino sin fin; certámenes como el planteado por Quórum le ofrecen un sentido de orientación a este campo inabarcable y multicolor.
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