El director general del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), Robert Mueller, reconoció que a Estados Unidos le preocupa que la violencia de los cárteles que castiga hoy a México "se traslade al norte de la frontera" y, por ello, consideró como "un imperativo" garantizar la seguridad fronteriza.
"La violencia extrema al otro lado de nuestra frontera sur, continúa impactando a Estados Unidos", aseguró Mueller al evocar el atentado criminal en marzo de 2010 contra tres funcionarios estadounidenses en los consulados de Ciudad Juárez y el asesinato del agente federal, Jaime Zapata, abatido el pasado 15 de febrero por un comando en una carretera federal de San Luis Potosí.
Al ser interrogado por el senador republicano, Lindsay Graham, sobre el impacto de la violencia en México y la necesidad de garantizar la seguridad en la frontera, Mueller tuvo dificultades para articular una respuesta coherente. El director del FBI, que hace apenas dos semanas consideró que con "el número de muertos y las atrocidades que ocurren al sur de la frontera", difícilmente se puede hablar de éxito en la lucha de México contra los cárteles de la droga, se cuidó mucho en esta ocasión de no emitir ningún juicio de valor sobre la situación en el vecino del sur.