El presidente Barack Obama presentó hoy un plan para que Estados Unidos reduzca su consumo de petróleo en una tercera parte en la próxima década.
El mandatario señaló que disminuir la huella de los combustibles fósiles requerirá también de un cambio de actitud en los estadunidenses, para dejar atrás la actitud conformista durante las épocas de bonanza.
En un discurso pronunciado aquí en la Universidad de Georgetown, Obama dijo que esta autocomplacencia es la que he llevado a postergar cambios urgentes que debieron haber sucedido décadas atrás.
En particular se refirió a los controles sobre la explotación petrolera en mar profundo, frente a las denuncias de controles más rígidos y demandas para que se autoricen mayores permisos de exploración.
El mandatario rechazó además que su política petrolera sea la causa del aumento sostenido en los precios de la gasolina.
'Cualquier afirmación de que mi gobierno es responsable por los precios de la gasolina porque 'cerramos' la producción quizá se haga para explotarla políticamente pero no se ajusta a la realidad', dijo.
De igual modo defendió los cambios que su gobierno ha implementado tras el derrame petrolero de 2010 en el Golfo de México.
'Yo no sé ustedes, pero yo no tengo amnesia, no podemos olvidar estas cosas', dijo Obama al referirse a lo que ha sido calificado como el mayor desastre ecológico en la historia de Estados Unidos.
Obama insistió en que aún si su gobierno autorizara permisos para explotar todas las reservas probadas de petróleo -dos por ciento de las que existen en todo el mundo- ello sería insuficiente para cubrir la demanda futura.
Por ello dijo, se hace necesario un cambio no sólo en las políticas al respecto, sino también en las actitudes sobre los recursos naturales cuyo potencial no ha sido explotado de manera integral.
'Estados Unidos no puede permitir apostar nuestra prosperidad y seguridad sobre recursos que eventualmente desaparecerán', dijo, aludiendo los 11 millones de barriles de petróleo que se importan cada día.
Obama dijo que reorientar la matriz energética hacia fuentes como el viento y la energía solar se hace más apremiante dada la pérdida del liderazgo en este campo, ahora en manos de China y Alemania.
