Hartazgo. Una marea humana llenó otra vez la Puerta del Sol en apoyo de la acampada del Movimiento 'Toma la plaza' para expresar el 'hartazgo ciudadano' ante la crisis económica y el sistema político.
Miles de españoles abarrotaron ayer el Centro de Madrid y las protestas contra el manejo de la crisis económica por parte del gobierno se extendieron a otras ciudades del país, en Berlín y París y ha generado cierta inquietud entre los grandes partidos políticos.
Algunos le llaman la "revolución de los indignados", porque asienta su descontento en un desempleo del 21.3%, con más de 4.9 millones de desocupados.
Para otros, salvando las distancias, "se parece mucho a lo ocurrido en los países árabes, hay una especie de contagio", dijo Ramón Cotarelo, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid. "Hay un hartazgo del sistema político, que está caracterizado por su incompetencia", añadió.
El catedrático sostuvo que "la gente lo está pasando muy mal y nadie tiene confianza en nadie".
Miles de personas de todas las edades volvieron a acompañar en su protesta a los jóvenes que acampan desde el martes en la céntrica Puerta del Sol de la capital española. Convocadas a través de Internet, otras concentraciones pacíficas se reprodujeron en ciudades como Barcelona, Granada, Valencia, Sevilla o Zaragoza y amenazaban con alterar la recta final de la campaña para las elecciones municipales y autonómicas del domingo.
"Este movimiento es espontáneo", aseguró Miguel Arrastia, un topógrafo desempleado de 26 años. "Considero que este momento es el más oportuno, porque es antes de las elecciones (del domingo) y se está demostrando que ningún partido político puede hacerle frente a esto", añadió.
Las protestas comenzaron el fin de semana con varias manifestaciones convocadas en todo el país, pero cobraron fuerza a lo largo de la semana gracias a las redes sociales. La más numerosa tiene lugar en Madrid, donde decenas de miles de jóvenes, desempleados y desencantados de todas las edades acuden cada tarde a arropar a los acampados y gritar consignas contra los grandes partidos políticos, la banca y el sistema en general.
No se definen ni de izquierdas ni de derechas, pero exigen una democracia más representativa, que tenga en cuenta a los ciudadanos. Y están dispuestos a defender sus reivindicaciones de forma indefinida.
La ola de rebeldía ha sorprendido tanto al gobernante Partido Socialista como al opositor Partido Popular. En plena campaña electoral, sus líderes aseguran comprender a los manifestantes, pero les piden que ejerzan su derecho al voto el domingo.
"Hay que escuchar, hay que ser sensibles porque hay razones para que expresen ese descontento y esa crítica", señaló el presidente José Luis Rodríguez Zapatero sobre las protestas.
"En democracia, a los gobiernos que no están a la altura, se les quita", dijo por su parte el líder del PP, Mariano Rajoy. "Lo más importante que tiene una persona es su voto libre, valiente y decidido".
La Junta Electoral Central, que vela por la limpieza de la campaña, se encontraba reunida para decidir sobre la legalidad de las diferentes protestas, que pretenden seguir vivas al menos hasta el día de las elecciones.
El Junta Electoral de Madrid prohibió la manifestación de anoche en Puerta del Sol argumentando que podría alterar los comicios. Unos 500 agentes de la Policía Antidisturbios montaron guardia frente a la muchedumbre, aunque finalmente no intervinieron y no se produjeron incidentes.
El vicepresidente y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, dijo que ante un eventual desalojo de los manifestantes la Policía "resuelve problemas, no los crea".
"La filosofía es que las actuaciones (policiales) sean congruentes, oportunas y proporcionadas", señaló Rubalcaba. "Buscan resolver problemas y no crear más problemas donde no los hay".
TAMBIÉN EN PARÍS Y BERLÍN Unas 200 personas, según la policía, y 250, según los organizadores, se sumaron a la protesta "Democracia real ya" ante la embajada de España en París.
La concentración, "no autorizada" aunque tolerada por la Policía durante una hora y media, se saldó sin incidentes.
Los asistentes corearon eslóganes reivindicativos, en la línea de las proclamas que se han dejado oír en España y mostraron pancartas de rechazo a la clase política y financiera española.
Una manifestación similar se realizó en Berlín, en donde 200 jóvenes se reunieron sumaron al Movimiento 15-M con una concentración pacífica y asamblearia de más de dos horas frente a la embajada española en Alemania.
EFE