Difícil. Para los analistas es difícil calcular el número de manifestantes en una población de más de 22 millones.
Decenas de miles de sirios participaron ayer jueves en una manifestación masiva en apoyo al acosado presidente Bashar al Assad, pero la represión del régimen a los disidentes continuó en bastiones opositores donde las fuerzas de seguridad mataron a por lo menos cuatro personas, incluso un niño, denunciaron activistas.
La manifestación en la ciudad costera de Latakia ocurrió un día después de otra similar en la capital, Damasco, en momentos en que las autoridades tratan de congregar a sus partidarios cuando la rebelión contra Assad lleva ya siete meses. Latakia tiene sólidos lazos con la secta alauita minoritaria de la familia Assad. Naciones Unidas calculan que la represión gubernamental ha matado a 3 mil personas. El jueves, un niño de 14 años en el pueblo sureño de Dael fue uno de los cuatro muertos por las fuerzas de seguridad, según el Observatorio de Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, y los Comités Locales de Coordinación, otro grupo activista.
Un video cargado en línea muestra al niño sangrando por la cabeza, que mancha su camiseta azul, mientras otro niño grita en el trasfondo.
El video no pudo ser verificado de manera independiente. Siria ha prohibido la cobertura interna a la mayoría de los periodistas extranjeros y ha impedido las informaciones independientes, por lo que las versiones de los testigos y los grupos activistas son fuentes de información cruciales sobre el levantamiento.
Es difícil calcular la fuerza de la rebelión en Siria, un país de 22 millones de habitantes, aunque ha demostrado gran resistencia.