En todas las épocas de la humanidad ha existido la cultura de la muerte, pero nunca como hasta ahora en la que, inclusive, se tiene el culto a la santa muerte. Para aquéllos que han crecido con otras creencias y filosofías, en donde se tiene el amor a la vida como máximo de la existencia, esto no es fácil de digerir. Por eso llama la atención una noticia acerca de que en Bristol, Inglaterra se está ofreciendo en subasta al mejor postor la foto que tomó el cabo Guy Adderley del Servicio de Inteligencia Británico en mayo de 1945, en la que se muestra a Heinrich Himmler, lugarteniente de Adolph Hitler, inmediatamente después de su muerte.
Himmler (1900-1945) fue, durante el nazismo, Jefe de la Gestapo, Ministro del Interior y, entre otras actividades conminatorias, gestionó la orden de la matanza metódica y sistemática de judíos, polacos, gitanos, homosexuales y enfermos mentales, muchos de los cuales eran usados como cobayas humanas por médicos famosos como Mengele y otros. También planeó el programa de Eugenesia, en donde se trataba de obtener una "raza aria", según los deseos expresos de Hitler, a quien Himmler veía como un "mesías", de acuerdo a sus biógrafos. Para cumplir con ello, fueron ejecutados cientos de retrasados mentales, incapacitados físicos, esquizofrénicos y otros indeseables para el Estado. Seguidamente a este plan se incluyeron judíos, gitanos, negros y homosexuales, como un "programa de limpieza". Detallista hasta la saciedad, se implicaba en todos los aspectos del trabajo de los campos de concentración y registraba todo lo concerniente a la "reinstalación judía". Para sus operaciones tenía un tren privado que lo desplazaba por todos los puntos del país y fue tan efectiva su gestión en la llamada "solución final" (genocidio sistemático de la población judía europea, conocida posteriormente como Holocausto) que al final de la guerra fue considerado el "autor intelectual y ejecutivo" de la muerte en los campos de más de seis millones de judíos.
Al morir Hitler, Himmler decidió desaparecer del escenario y se refugió en Bremen, donde fue capturado por una unidad británica, y posteriormente, no resistió los interrogatorios de los ingleses y se suicidó mordiendo una cápsula de cianuro que traía escondida entre los dientes.
Me tocó ver en Chile una exhibición acerca del Ché Guevara, incluyendo la foto original que le tomaron recién muerto en la sierra de Bolivia, y se entiende que sea un documento importante dadas las características del personaje (luchador por la libertad), pero es incomprensible y lamentable que la foto de Himmler, que fue un asesino per se, vaya a ser subastada como un objeto deseable. Fuera de algunos archivos especializados en el tema, solamente un necrófilo podría interesarse en obtener tan cuestionable objeto. ¿Usted, la compraría?...