Don Emilio fue un personaje importante en nuestra Comarca Lagunera. Hombre emprendedor perteneciente a la iniciativa privada, literato, con una cultura vastísima por ser un ávido lector, formando parte en todo tipo de obras sociales que contribuyeron al desarrollo de nuestra región, la mayoría gestadas por él mismo y otras dando su apoyo incondicional para lograr las metas trazadas, siempre incansable y comprometido; pero, sobre todo, era una excelente persona.
Cuando edité mi libro Psicomentarios hace algunos años, Don Emilio me hizo el honor de escribir el Prólogo, y con ese motivo tuve la suerte de tratarlo en forma directa y cercana y, a su vez, a su esposa la Sra. Elvira Arce de Herrera. A la fecha, he mantenido la cercanía con Elvira, quien me ha concedido su afectuosa y cálida amistad. Nos comunicamos telefónicamente y conozco también de sus bondades y calidad humana, ya que está colaborando diariamente en la Casa del Anciano, apoyando, igual que un grupo de señoras comprometidas, a las religiosas encargadas de ese centro.
En días pasados, Elvira me obsequió un libro llamado "Arenillas. Antología (S.XX - S.XXI)", editado por ella y sus hijos, que es una recopilación de los aforismos que escribió Don Emilio durante 60 años en su colaboración diaria para El Siglo de Torreón. Son escritos breves, profundos, amenos unos, divertidos otros, pero, todos constituyen concisos mensajes filosóficos y espirituales de vida. He aquí algunos ejemplos, entresacados de los muchos que ahí aparecen: "Menos mal que los monos no saben que el hombre desciende de ellos"; "Esos jóvenes que dicen no gustar de la lectura, ni idea tienen de lo solos que van a estar cuando envejezcan y vayan muriendo sus amigos"; "El fin del mundo es repetitivo, sucede cada vez que alguien muere"; "Existe el vicio del arrepentimiento: obsérvese a quienes, confesándose a diario, no cambian"; "Todo pasa de moda; el amor platónico, por ejemplo"; "En estos tiempos, si no fuera por el divorcio, muchos y muchas, permanecerían solteros"; "Menudo chasco se iba a pegar Aristóteles si volviera al mundo y viera a lo que ha llegado su "hombre incompleto", como él llamó a la mujer"; "Ninguna buena historia se gasta porque sea contada dos veces".
Elvira, te agradezco este gran obsequio. Es un libro que, además de evocar la presencia de Don Emilio, nos hace recapacitar sobre los aspectos cotidianos de la vida. Lo daré a conocer a mis nietos universitarios, pensando que les pudiera servir a su vez para reflexionar y profundizar, y lo conservaré para enriquecer mi biblioteca. Te envío un afectuoso saludo.
Por: Coty Guerra