Vivir para ver… No cabe duda que el tiempo cambia las cosas drásticamente.
Hace 75 años, el rey Eduardo VIII gobernante del Reino Unido, los dominios de la Mancomunidad Británica y Emperador de la India, reinó sólo durante once meses, porque deseaba casarse con Wallis Simpson, plebeya norteamericana divorciada, causando el rechazo del Parlamento y la familia real. En lugar de renunciar a su amor por ella, decidió abdicar al trono a favor de su hermano Alberto, Príncipe de York, quien gobernó como Jorge VI de 1936-1952, sucediéndole la actual soberana Isabel II. A partir de su abdicación, Eduardo fue nombrado Duque de Windsor y exiliado a Francia donde se casó con Wallis el tres de junio de 1937. La pareja nunca tuvo hijos. Eduardo murió el 28 de mayo de 1972 y Wallis el 24 de abril de 1986. Solamente se les permitió regresar a Inglaterra después de su muerte, para ser sepultados en el Cementerio Real de Frogmore, Bershire.
A la hermana de la reina Isabel II, la Princesa Margarita de York, en 1959 se le prohibió casarse con un plebeyo y tuvo que realizar una boda de acuerdo a la familia real con el fotógrafo de la realeza Antony Armstrong-Jones, matrimonio que terminó en divorcio y después, al parecer, se unió sentimentalmente con otra persona sin lazos legales hasta su muerte. La segunda hija de la reina Isabel II, la princesa Ana, se casó en primeras nupcias con el capitán Mark Anthony Phillips, terminando en divorcio 19 años después. Ana se casó de nuevo con el vicealmirante Timothy James Lawrence en Escocia, pues ahí se permite el matrimonio religioso de personas divorciadas. El tercer hijo de Isabel II, Andrés Duque de York, en 1986 contrajo matrimonio con Sarah Ferguson en la Abadía de Westminster, y en 1992 se separó para después divorciarse en 1996.
El hijo mayor de la reina Isabel II, y por lo tanto heredero al trono, Carlos Príncipe de Gales, por su parte, se casó en 1981 en la Catedral de San Pablo de Londres con la aristocrática lady Diana Spencer, cuyos padres estaban divorciados y casados por separado. Todas las casas reales asistieron a la boda, con la excepción del Rey Juan Carlos porque el viaje incluía una escala en Gibraltar, cuya soberanía es reclamada por España, Gobierno que también considera a Gibraltar como colonia. A pesar de lo sonado de la boda y su aceptación por la realeza, en 1992 el matrimonio se separó, terminando en divorcio en 1996. Para cuando murió su esposa, Carlos había consolidado una relación pública con su antigua amante Camilla Perker-Bowles, cuyas relaciones se habían iniciado muchos años atrás y se mantuvieron incluso durante su matrimonio con Diana. En el 2005 Carlos contrajo matrimonio con Camilla en una ceremonia civil celebrada en el Ayuntamiento de Windsor. Con el matrimonio ella recibió el título de duquesa de Cornualles.
Ahora, con los vientos de modernidad, el nieto de Isabel, y segundo en la sucesión al trono (se rumora persistentemente que la reina abdicará a su favor), el príncipe Guillermo de Gales, (hijo de Carlos y Diana) mientras estudiaba en la universidad privada de St. Andrews en Escocia conoció a Kate Middleton, quien cuenta con escasos datos biográficos: Kate nació en la ciudad de Reading, su familia es de origen inglés; hija de Carole Goldsmith, azafata, y Michael Middleton, despachador de vuelos. Sus padres fundaron la compañía Party Pieces, un próspero negocio de ventas por catálogo de artículos para fiestas y eventos. A partir de que se conocieron se estableció una relación íntima entre ambos desde hace varios años y el 16 de noviembre de 2010 se emitió un comunicado en el que se anunció el compromiso entre Kate y Guillermo. El matrimonio religioso se celebrará el próximo 29 de abril en la Abadía de Westminster, y está considerado como la “Boda del Siglo XXI”.
