EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Que hablen claro Obama y Calderón

Actitudes

JOSÉ SANTIAGO HEALY

Nunca han sido fáciles las relaciones entre México y Estados Unidos a pesar de la inmensa frontera, cultura e historia que han compartido a lo largo de siglos.

La diferencia de razas, lengua, idiosincrasia e intereses ha impedido que ambos países alcancen un mejor nivel de entendimiento. También afecta la actitud beligerante y hostil que los gobiernos norteamericanos han mostrado en infinidad de ocasiones hacia México.

Para Estados Unidos el país del sur es un vecino pobre e incómodo que genera muchos problemas y que resulta difícil manejar por la tradicional hosquedad de los mexicanos.

Para México el coloso del norte ha sido un vecino muy voluble, arrogante en ocasiones y compasivo en otras, pero siempre difícil para tratar y para negociar acuerdos.

Por tales razones resulta entendible que la reunión de este jueves entre los presidentes Felipe Calderón y Barack Obama, no levante muchas expectativas, vaya, ni siquiera se toman en serio los acuerdos que alcanzarán porque mañana o pasado serán violados ante cualquier pretexto.

¿Qué tendría que suceder para que en este quinto encuentro bilateral entre Obama y Calderón -no hay quinto malo dicen por ahí-, resulte productivo y exitoso?

Simplemente que ambos mandatarios hablen claro, al tú por tú y sin tapujos ni reverencias.

Calderón podría decirle al presidente Obama que ponga un alto al sentimiento antiinmigrante, especialmente contra los mexicanos, que ha permeado a lo largo y ancho de los Estados Unidos por racismo, prejuicios y particularmente por obtusos intereses políticos.

Le diría que si Abraham Lincoln abolió la esclavitud y dio libertad a millones de africanos que eran tratados como animales, ¿no podrá su gobierno regularizar de una vez por todas la penosa situación de doce millones de indocumentados que sobreviven en la sombra y sin respetar sus derechos como humanos?

El mandatario azteca podría reclamar a Obama por la facilidad que dan en su país para consumir y comprar drogas, y señalarle que los dólares que han hecho poderosos a los cárteles mexicanos provienen de los traficantes y los consumidores norteamericanos.

Ya entrado en gastos, Calderón recordaría al inquilino de la Casa Blanca que el cultivo intensivo de drogas en México inició durante la Segunda Guerra Mundial a iniciativa de Estados Unidos y que hoy en día se viven las consecuencias de tan desastrosa política.

Para concluir, el mexicano cuestionaría a Obama por las inmensas bardas y equipo de vigilancia fronteriza cuando sin barrera alguna cruzan hacia al sur las armas, los dólares y los sicarios del narcotráfico. ¿No bastaría con encontrar a quienes compran droga y armamento en el lado norteamericano para frenar al crimen organizado?

Obviamente Obama no se quedaría callado y le solicitaría a Calderón que le bajara a su escandalosa guerra contra el narco y en su lugar impusiera Inteligencia y disciplina en esa lucha. ¿Cómo es posible -increparía Obama-que en cuestión de horas hayan capturado a los asesinos del agente Jaime Zapata, pero pasan los años sin que caigan los altos jefes como el "Chapo" Guzmán, el "Mayo" Zambada, el "Inge" Sánchez Arellano y Servando Gómez "La Tuta"?

Luego Barack reclamaría al michoacano la invasión silenciosa de paisanos indocumentados como si Estados Unidos fuera responsable de darles trabajo, seguro social, casa y hasta residencia legal. "Felipe -diría Obama-si controlas el flujo de migrantes yo puedo apaciguar a los radicales republicanos y empujar la reforma migratoria".

Ya como despedida, el presidente de Estados Unidos le pediría a Calderón poner orden en los cuerpos de seguridad. "¿Por qué en cada secuestro, asunto de drogas o crimen violento se encuentra detrás un jefe policiaco o algún militar encumbrado?, preguntaría Obama.

Obviamente el diálogo no se llevará bajo este tenor y por lo mismo será muy difícil por no decir imposible, ver en las próximas semanas una mejoría en las relaciones por demás deterioradas entre estas dos grandes naciones.

Es una verdadera lástima porque en estos tiempos de incertidumbre y de revueltas en varias regiones del orbe, México y Estados Unidos podrían convertirse en guía y ejemplo a nivel internacional. Será en otra, quizás.

Envía tus comentarios

A josahealy@hotmail.com

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 605304

elsiglo.mx