A cinco años de que 65 hombres murieran en la mina Pasta de Conchos, sus familias viven con pensiones menores a 3 mil 500 pesos, pues Industrial Minera México (IMMSA) y el Gobierno de Coahuila retiraron los apoyos de sustento y educación.
Tras el accidente, ocurrido el 19 de febrero de 2006, IMMSA, dueña de la mina de carbón, otorgó 750 mil pesos a las viudas de 63 víctimas, pues dos eran solteros, y prometió a las familias el pago triple del salario, que oscilaba entre 2 mil 800 y 3 mil 500 pesos a la semana.
También otorgó becas para niños y jóvenes que quedaron huérfanos.
El apoyo salarial fue prometido hasta que se rescataran los cuerpos. Pero el 4 de abril de 2007, IMMSA suspendió las labores de rescate sin sacar ningún cuerpo y al mes siguiente dejó de pagar los apoyos, según familiares de mineros muertos. Las becas fueron suspendidas en octubre del año pasado.
Tras el accidente, el entonces gobernador Humberto Moreira también prometió becas a hijos de los mineros hasta que concluyeran estudios universitarios. Desde mediados de 2010 esas becas fueron suspendidas.
Hasta ahora, las familias de las víctimas reciben sólo pensiones del Seguro Social que van de los 2 mil 200 a los 3 mil 500 pesos.
Sin embargo, esas pensiones fueron calculadas sobre el salario base de cada trabajador, entre 500 y 700 pesos a la semana, y no sobre el salario más prestaciones.
"No tenemos apoyo ni de la empresa ni del Gobierno ni de nada", dijo María de Lourdes Aguilar, viuda del minero Fermín Tavares.
Este trabajo es el primero de una serie de tres reportajes sobre el quinto aniversario de la explosión en Pasta de Conchos y la situación de la minería en Coahuila.
