Lucha a muerte en Libia. Un rebelde libio camina cerca a un helicóptero ambulancia ayer en un camino cerca a Sirte.
Los partidarios de Moamar Gadafi opusieron ayer una tenaz resistencia a una ofensiva concertada para desalojarlos de dos de sus últimos reductos y obligaron a los revolucionarios a replegarse en las montañas.
La ciudad natal de Gadafi fue escenario de un enfrentamiento urbano con francotiradores apostados en mezquitas y armas pesadas en las avenidas principales.
La enérgica defensa y poder de fuego de los partidarios del líder depuesto sugieren que los nuevos gobernantes de Libia podrían tener dificultades para deshacerse de los últimos bastiones del régimen. Al tiempo que las Naciones Unidas reconocieron a los rebeldes libios.
En el enclave montañoso de Bani Walid, a unos 140 kilómetros al sudeste de Trípoli, las fuerzas revolucionarias se replegaron después de un día intenso de lucha que no logró desalojar a los francotiradores y artilleros de posiciones estratégicas.
En Sirte, sobre las costas del Mediterráneo, los leales a Gadafi lanzaron una lluvia de disparos desde minaretes y rascacielos a los combatientes que avanzaban desde el oeste, mientras en las calles los dos bandos se enfrentaban con ametralladoras pesadas y cohetes lanzagranadas.
"Los partidarios de Gadafi tienen muchas armas", se quejó Maab Fatel, un combatiente de 28 años en Bani Walid. "Esta batalla es realmente encarnizada". Su uniforme estaba salpicado de sangre por haber trasladado a un camarada herido. Mientras tanto los dos bandos luchaban con morteros y cohetes en los extremos de un valle desértico de 450 metros llamado Wadi Zeitoun que divide la ciudad en norte y sur.
El doctor Ihab Agha, un médico de campaña, dijo que por lo menos cinco rebeldes murieron y más de 20 resultaron heridos, incluso uno a quien tuvieron que amputarle ambas piernas.
Las dos ofensivas parecieron un intento coordinado por liquidar la resistencia de los gadafistas, que todavía ocupan una franja de territorio en la costa central hasta los desiertos del sur, más de tres semanas después que los revolucionarios entraron en Trípoli y pusieron a Gadafi en fuga. Una radiodifusora de Bani Walid partidaria del régimen exhortó a los seguidores del exlíder a luchar hasta el fin.
Miles de manifestantes se lanzaron a las calles de Yemen para exigir la renuncia del presidente, al día siguiente de indicar el Departamento de Estado estadounidense que espera que la transferencia del poder sea firmada.
El presidente Alí Abdalá Salé se mantiene aferrado al cargo pese a las presiones locales, regionales e internacionales para que renuncie. Insurgentes ligados a Al Qaeda han utilizado la situación para ocupar zonas del sur yemení. Salé estuvo a punto de firmar en varias ocasiones la propuesta de transferencia del poder patrocinada por el Consejo de Cooperación del Golfo.
Jornada violenta en Siria
Al menos 39 personas murieron ayer en una nueva jornada de protestas en Siria, la mayoría en el norte del país durante una amplia operación militar para buscar a soldados desertores, informó el portavoz de un grupo opositor.
El activista de los llamados Comités de Coordinación Local en Siria, Omar Edelbe, dijo por teléfono desde Beirut que la mayoría de las víctimas se registró en la provincia septentrional de Idleb, donde al menos diecisiete personas fallecieron por la represión de los leales al régimen de Bashar al Assad. "Las fuerzas de seguridad lanzaron amplias operaciones en zonas donde hay ocultos soldados desertores, especialmente, en la zona de Yabal Zauyia, fronteriza con Turquía, donde puede haber unas diez aldeas", explicó el opositor.