Los recortes al gasto gubernamental por 38,000 millones de dólares acordados hasta la semana pasada no salvarán a Estados Unidos de otro déficit presupuestario sin precedente, ahora por 1.5 billones de dólares. La mayoría de esas reducciones repercutirán en los presupuestos futuros y/o equivalen a artilugios de contabilidad que no reducen las erogaciones actuales.
El Departamento del Tesoro dijo ayer que el déficit fiscal alcanzó en el primer semestre del año fiscal 829,400 millones de dólares, cifra que hasta 2009 hubiera sido la mayor para todo un año fiscal. En marzo solamente, el Gobierno incurrió en un déficit de 188,000 millones de dólares.
El presidente Barack Obama y los legisladores republicanos evitaron la semana pasada la paralización técnica del Gobierno mediante la concertación de reducciones sin precedente al gasto para un solo año fiscal.
Los recortes acordados abarcan recursos que no se gastaron en el censo de 2010, el cual fue completado, y 2,500 millones de dólares por la más reciente revocación de los programas de carreteras que no pueden ser ejercidos debido a restricciones que impuso otra legislación.
