Historia. El cronista de Gómez Palacio, rinde homenaje al primer cronista que tuvo Lerdo, el profesor Amado Illarramendi.
El pasado 24 de abril se cumplieron 46 años de la muerte del profesor Amado Illarramendi Fierro, considerado el primer cronista de Lerdo, quien fuera muy querido en los colegios y escuelas de Gómez Palacio.
El cronista de Gómez Palacio, Pablo Amaya Ramírez, destaca la humildad del profesor Illarramendi Fierro, quien llegaba a los centros educativos en bicicleta y donó sus crónicas e investigaciones en modestos paquetes de hoja papel imprenta.
La edición sobre la ruta de Hidalgo por La Laguna, del primer cronista lerdense, menciona distintos lugares con horarios de los hechos históricos en cada comunidad, y debido a su humildad fue incluso tildado de mentiroso por quienes continuaron su obra de las investigaciones que realizó y que son reproducidas por los nuevos cronistas.
LA ANÉCDOTA
En su libro, Recuerdos del viejo Gómez Palacio, el doctor Carlos González Puente lo menciona al recordarlo como paciente, en el consultorio dental que tenía Gónzález Puente.
"Cierto día -menciona el libro- llegó a mi consultorio dental un cliente; un señor ya viejecito, flaco y casi pelón. Venía vestido con un traje antiguo ya muy usado y con remiendos. Me saludó en forma muy simpática. Yo lo clasifiqué como un individuo que, habiendo sido tiempo atrás un ciudadano de la clase media, culto y por sus maneras casi un caballero, con el paso de los años había decaído en salud, prestancia y posición económica. Pero no obstante seguía siendo amable y sonriente.
"Solicitaba mis servicios profesionales para algún trabajo dental y me extrañó que no preguntara sobre cuánto le costaría (cosa que hacen la mayoría de los pacientes).
"Al terminar, siempre sonriendo, se manifestó complacido de mi labor. Seguía platicando, pero no hablaba nada del pago, por lo que yo, entrañado, le indiqué cuánto eran mis honorarios. No recuerdo qué cantidad sería, tal vez unos 25 pesos. Sonriendo, por fin echó mano al bolsillo y sacó una moneda de ¡un peso! y me dijo que era todo lo que tenía".
Ante la indiferencia oficial, Jaime Soto Castro, segundo cronista de Lerdo, reconoce al profesor Illarramendi. "Es por tanto, de hecho y por derecho indiscutible, a partir de ser el primero y único aportador de datos del nacimiento de Lerdo, al conmemorar el cincuentenario de Lerdo, en el año de 1944, en que ofrece una conferencia sobre la Historia de Lerdo, apoyado en su obra, 'Bosquejo Histórico de mi Pueblo', que escribió ese año".
El cronista gomezpalatino, Pablo Amaya Ramírez, trata de rescatar de esta manera la memoria de un hombre grande por su humildad y amante de la historia de su pueblo.
