A mediados de 1969 empezó a construirse el Estadio Moctezuma, después Corona. Los aficionados al futbol de ese entonces, entusiasmados por la edificación del nuevo inmueble, empezaron a acariciar el sueño de que Torreón fuera sede de una Copa del Mundo, pues en nuestro país iba a ser la IX Copa Jules Rimet y había opción de conseguirla.
La idea fue promovida por dos periodistas, Alejandro Saborit Irigoyen y Arturo Cadivich Michelena, ya fallecidos, quienes incluso habían propuesto a don Juan Abusaíd Ríos, propietario del inmueble en construcción y presidente del equipo Diablos Blancos, que llevara el nombre de Estadio Torreón. Don Juan argumentó que por razones de patrocinio para la construcción iba a llevar el nombre de Estadio Moctezuma.
La propuesta de solicitar para Torreón una sede del Mundial de México 70 fue secundada por el ingeniero Manuel Ortega Barroeta, constructor del Estadio Moctezuma, y por un directivo del equipo León, don Pedro Pons, quien al mismo tiempo era tesorero de la Federación Mexicana de Futbol, el cual estaba de acuerdo.
Al presentar el proyecto de construcción el ingeniero Manuel Ortega Barroeta a don Juan Abusaíd Ríos, le propuso que tuviera capacidad para 40 mil personas, con el fin de cumplir con los requisitos de FIFA y pudiera ser sede del Mundial de México 70, pero la propuesta del constructor no encontró eco en don Juan Abusaíd Ríos, quien se sostuvo en la postura de que fuera para 20 mil aficionados.
El sueño de los periodistas Alejandro Saborit y Arturo Cadivich se derrumbó por completo.
Guadalajara, León, Puebla, Toluca y Ciudad de México fueron las sedes de la IX Copa del Mundo México 1970, la cual resultó todo un éxito, tanto en lo deportivo como en lo económico. Cuando se repartieron las utilidades a los equipos mexicanos de Primera División, los desaparecidos Diablos Blancos de Torreón recibieron un millón de pesos, aunque no aportaron jugador a la Selección.
Debieron pasar más de 40 años para que Torreón fuera sede de un Campeonato Mundial y se cumpliera el sueño de Alejandro Saborit y Arturo Cadivich.
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