El Embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, renunció ayer al cargo para evitar "distracciones" en la relación bilateral, según un comunicado.
La renuncia de Pascual, que llegó a México en agosto de 2009, se dio en medio de tensión con el presidente Felipe Calderón a raíz de cables revelados por Wikileaks en los que el diplomático critica la labor del Gobierno contra el crimen organizado.
Pascual presentó su renuncia al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien le pidió mantenerse en México para colaborar con la transición en la Embajada.
En un comunicado, Clinton dijo que Pascual renunció "para prevenir asuntos tratados por el presidente Calderón que podrían distraer de la tarea de impulsar los intereses bilaterales".
En cables diplomáticos, Pascual calificó a Calderón de "inseguro".
Calderón, por su parte, dijo que Pascual era "ignorante" sobre la situación en México y sugirió que le había perdido la confianza.
