Las fuertes medidas de seguridad implementadas por fuerzas federales, estatales y militares, apoyadas por la policía municipal, evitaron que se presentaran hechos violentos durante la celebración del encuentro entre las selecciones de México y Brasil.
Desde horas antes del encuentro se pudo observar un impresionante operativo policíaco en torno al Territorio Santos Modelo (TSM), el cual se blindó en todos sus accesos con puntos fijos de vigilancia, así como con retenes colocados de manera estratégica.
En la autopista Torreón-San Pedro y la carretera antigua a San Pedro, se pudo observar una gran cantidad de elementos policíacos y militares fuertemente armados revisando de manera aleatoria algunos vehículos.
Al finalizar el partido las autoridades de los tres niveles de Gobierno reportaron saldo blanco. La vigilancia especial permaneció hasta horas después de finalizado el encuentro deportivo.