En México, las mujeres enfrentan violencia política para impedir que ejerzan su derecho a ser votadas. Presiones internas en partidos, simulación de elecciones primarias, falta de fondos para campañas, renuncia de candidatas electas para ser suplidas por hombres y hasta acoso sexual o amenazas en sus comunidades son expresiones de esta realidad en el país, que impide que se cumpla con el estándar internacional de tener un mínimo de 30% de mujeres parlamentarias.
Magdy Martínez-Solimán, coordinador residente del sistema de Naciones Unidas en México, destacó así las conclusiones de la mesa redonda organizada este martes por la ONU "Acceso a una vida libre de violencia contra las mujeres en el ámbito de la política", en la que se denunció que en México -a nivel local y federal- hay casos documentados como el de las "Juanitas", que renunciaron a sus curules, u otros menos visibles en los que no se ha garantizado el derecho de la mujer a la participación política.
UNA ESCASA REPRESENTACIÓN Las mexicanas tienen 27% de representación en la Cámara de Diputados y 5% en el ámbito municipal, lo que coloca al país "en un momento crítico para que las próximas elecciones se incremente la participación de las mujeres en puestos de decisión".