El arzobispo José Guadalupe Martín Rábago señaló que con "miedo" los sacerdotes católicos han permanecido en las regiones más violentas del país, mientras que otros grupos religiosos se han ido por temor a la delincuencia.
"Ha habido casos de sacerdotes que han sido agredidos, muchas veces levantados". En las noches entran los sicarios (a sus casas) los amenazan, los despojan de los vehículos y en algunos casos los golpean y se los llevan", agregó el prelado al hacer un recuento de inquietudes de los obispos del país que participaron en la 91 asamblea de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
Hace poco en una de las regiones más alejadas del país, un sacerdote que iba en un camino solitario fue interceptado por un grupo de sicarios que le dieron 15 disparos a su camioneta, "!Es un milagro que esté vivo!", refirió.
En esa situación, los presbíteros siguen en sus templos, con miedo por su vida. "Los sacerdotes ahí están, han permanecido, sabiendo, teniendo conciencia del riesgo que supone permanecer ahí, frecuentemente dando acompañamiento a quienes son víctimas de la violencia y también denunciando".
Martín Rábago dijo que los obispos han decidido dar un reconocimiento a los sacerdotes que en medio de la situación de inseguridad ahí están, "por esa generosidad que es merecedora de aprecio, por el testimonio de fortaleza y de confianza en el Señor, que los hace seguir manteniéndose firmes.
"Bendito sea Dios, los sacerdotes han permanecido con la confianza puesta en el Señor, recordando la palabra del Evangelio, que el buen pastor no huye, cuando ve venir el lobo permanece junto a sus ovejas para defenderlas".
El arzobispo comentó que más fuerte que el temor es el sentido de fidelidad a una vocación y de acompañamiento a la gente que necesita la presencia de un sacerdote.
En esta ciudad, los clérigos enfrentan problemas por la delincuencia común con robos en los templos y en algunos casos son víctimas de extorsiones. El alcalde Ricardo Sheffield señaló que algunas iglesias han registrado violencia a manos de drogadictos o de personas que tienen algunas ideas religiosas poco comunes, quienes buscan artículos para hacer rituales.
