Al rescate. El edificio de inicios de siglo XX donde se ubicó el Antiguo Banco Chino y años más tarde el Hotel La Española, es restaurado por la Fundación Arocena como parte de un complejo cultural integral. EL SIGLO DE TORREÓN / ERICK SOTOMAYOR
Por su definición, restaurar un espacio con valor histórico significa dejar la construcción lo más parecido a su estado original, tratando de realizar el menor número de intervenciones posibles. Un reto con el que la arquitectura lagunera se familiariza cada vez más.
Además de ser padre e hija, los arquitectos Eduardo Aguirre Moreno y Abby Aguirre Garay, se han convertido en un referente lagunero sobre restauración del patrimonio histórico de La Laguna. Participaron en los proyectos de la Fundación Arocena: Museo Arocena, Casa Histórica, y ahora buscan hacer resurgir de las ruinas al Antiguo Banco Chino luego de dos años de intenso trabajo.
"Una restauración es un largo proceso que implica un levantamiento de las condiciones del lugar que se busca rescatar, un estudio del estado estructural del mismo, evaluación de los daños, limpieza general y la elaboración de un proyecto que esté apegado a las normas del Instituto Nacional de Antropología e Historia", aclaran los restauradores del Banco Chino.
A diferencia de una remodelación, la restauración implica una inversión mucho mayor, ya que la evaluación del espacio puede arrojar resultados que indiquen la contratación de expertos para restaurar objetos como puertas, ventanas, azulejos, cantera, entro otros, que en muchas ocasiones resultaría más barato hacerlo de nuevo.
Actualmente padre e hija trabajan en la restauración de uno de los edificios de mayor valor histórico de Torreón, el Antiguo Banco Chino, ubicado sobre la avenida Juárez frente a la Plaza de Armas, construido por Fonk Chuck, un lagunero de origen chino, que vivió en Torreón a inicios del siglo XX.
UN LARGO PROCESO
El reto arquitectónico de la restauración del Banco Chino que se comunicará en su interior con el Museo Arocena, a través de un pasillo interno propio de la antigua construcción, inició con el desmantelamiento de una gran número de elementos decorativos y sobrepuestos en la estructura original del espacio.
Pisos sobre pisos, paredes sobrepuestas, mosaicos, elementos en estado de destrucción, capas de tierra acumuladas con la complicidad implacable del tiempo, sumaron cerca de 30 toneladas de escombros que fueron desalojadas del emblemático edificio histórico, que además tuvo un respiro, ya que el peso de este material y el mal estado de su techo ponían en riesgo la estructura del mismo.
"Por lo general un edificio se interviene desde la planta baja hacia arriba, en el caso del Banco Chino empezamos a trabajar desde la parte de arriba hacia la planta baja, ya que la azotea estaba en muy malas condiciones y esto perjudicaba a las plantas inferiores, por lo que lo primero que hicimos fue arreglar la azotea", explican los arquitectos en un recorrido por el interior del inmueble.
Como el antiguo edificio fue intervenido en varias ocasiones, según los usos comerciales a los que fue destinado, los arquitectos realizaron una amplia limpieza que permitió despejar todos los elementos decorativos y funcionales que no tenían algún tipo de valor histórico, para definir los espacios originales e iniciar con los trabajos de obra.
LOS EXPERTOS
En una restauración trabaja un equipo interdisciplinario, quienes desde diferentes aspectos integran el proyecto general que dará como resultado la restauración de un espacio catalogado como Patrimonio Histórico. Ingenieros que realizan evaluaciones estructurales y de cálculo, para saber qué muros no originales se pueden eliminar, expertos en madera, cantera y en aplicación de nuevas tecnologías.
Los proyectos de restauración también admiten intervenciones con nuevas tecnologías, claro, ésta con previa autorización del INAH. Por ejemplo, la ubicación del aire acondicionado de lo que será la galería que estará ubicada en el edificio construido a inicios del siglo XX, es un ejemplo de modernidad en restauración.
"Con la intención de no ubicarle más peso a la estructura original de la construcción, se diseñó por parte de un experto un sistema de aire acondicionado en seccionales, lo que permite además de un mejor servicio, un ahorro en el consumo de energía significativo, mientras cumple con el objetivo de reducir peso a la estructura de la construcción", explica el arquitecto Eduardo Aguirre.
EL PAPEL DEL INAH
Contrario a lo que muchos piensan, cumplir adecuadamente con el reglamento del INAH, en materia de conservación del Patrimonio Histórico, no es tan difícil, explica Abby Aguirre, quien manifiesta que uno de los mecanismos precisos para esta labor es apegarse a la Ley federal y entregar un proyecto integral que no deje dudas.
Los arquitectos Aguirre, de la Fundación Arocena, además del museo, fueron los encargados de la restauración de la Casa Histórica y ahora lo son del Banco Chino. Según su experiencia, el INAH lejos de ser un obstáculo ha sido un aliado del que han aprendido.
"Desde que iniciamos la primera notificación, hasta el envío del proyecto, en el caso del Banco Chino, las recomendaciones que hemos recibido del INAH han sido mínimas, tratamos de presentar un proyecto completo donde no quede ningún vacío, apegado a la Ley de patrimonio, en ese sentido hemos contado con el apoyo de la entidad federal", comenta la arquitecta Abby Aguirre.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia, Dirección de Monumentos Históricos, cuenta con un Catálogo de Bienes Inmuebles con un valor histórico, que además contempla un Reglamento de Protección y Conservación de los Edificios y Monumentos que integran el Patrimonio Cultural de Torreón.
"Por ejemplo un edificio que haga parte del Catálogo del INAH, no puede ser alterado en su estructura, su fachada no puede ser modificada ni se pueden ubicar objetos extraños en ella, como anuncios, herrajes o demás, incluso es un domicilio particular, cualquier construcción que se haga debe tener un permiso para ello", explica Abby Aguirre.
Por estar ubicado en la manzana que cuenta con mayor número de edificios protegidos por el INAH, el Antiguo Banco Chino hará parte del complejo cultural que integran el Museo Arocena y la Casa Histórica Arocena, que además de estar conectados en su interior, permitirán al visitante un recorrido cultural completo.
Los usos del edificio
Construido por el lagunero de origen chino Fonk Chuck, quien vivió en Torreón a principios del siglo XX. El antiguo edificio ubicado en la Avenida Juárez esquina con Valdés Carrillo, fue destinado como centro de negocios del exitoso empresario, uno de los iniciadores de la Compañía de Terrenos, Bienes Raíces, Compañía de Tranvías Wah Yick S.A., quien mandó edificar este inmueble así como otras oficinas.
Después del paso de la Revolución Mexicana por La Laguna a inicios del Siglo XX, la segunda planta del Banco Chino fue rentada a una pareja de españoles que lo transformaron en el "Hotel La Española", donde se encontraba un restaurante de los más frecuentados por la sociedad lagunera de los años veinte.
La imagen neoclásica de este inmueble, construido a inicios del Siglo XX, es considerada un ejemplo del esplendor arquitectónico que caracterizó al porfiriato. Con una llamativa fachada de cantera en su exterior y de ladrillo en su fachada interior.
El proyecto, una guía
En una restauración uno de los puntos fundamentales es el proyecto, ya que además de permitir seguir una línea de trabajo a milímetro, permite identificar los muros y estructurales originales, a través de calas que incluso logran evidenciar hasta el color de la pintura original en una pared.
El proyecto de restauración se alimenta con un estudio histórico, social, económico y antropológico del momento histórico en el que fue levantada la construcción, esto garantiza a los restauradores, quienes se apoyan además en fotografías y documentos, tener un acercamiento más íntimo con el espacio que buscan revivir.
Construido originalmente para ser el Banco Chino, el antiguo edificio, que también albergó el Hotel la Española, fue cedido en comodato por la familia Russek, propietaria del inmueble a la fundación Arocena, con la intención de consolidar un importante proyecto cultural que inició con el museo y finalizará con el Banco Chino.