La retinopatía diabética se posicionada como la primera causa de ceguera en el mundo, advirtió un experto de la Unidad de Investigación Social, Epidemiológica y en Servicios de Salud (UISESS) del IMSS Jalisco.
La retinopatía diabética se posicionada como la primera causa de ceguera en el mundo, advirtió un experto de la Unidad de Investigación Social, Epidemiológica y en Servicios de Salud (UISESS) del IMSS Jalisco
El director de dicha unidad, Javier García De Alba García, explicó que los niveles de glucosa por encima de los 120 miligramos por decilitro de sangre, presentes de manera continua en diabéticos son el principal factor de riesgo para el desarrollo de la retinopatía.
Alertó que el 80% de las personas con diabetes no llevan un adecuado control de sus niveles de azúcar en sangre y que, por lo mismo, la incidencia de retinopatía diabética es muy alta.
"En el servicio de Oftalmología del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional de Occidente (CMNO) del Instituto en la entidad, esta complicación se ha convertido en prácticamente el principal motivo de consulta, con un promedio semanal de entre 160 y 180 pacientes", dijo.
García De Alba García señaló que como complicación de la diabetes, la retinopatía ocupa entre el segundo y el tercer lugar en frecuencia, antecedida por la nefropatía (afección en los riñones), y llega a ser la más discapacitante.
Manifestó que "la única forma de detenerla es mantener el nivel de azúcar en sangre por debajo de 120 miligramos; está comprobado en diversos lugares del mundo, incluido México, que si se tiene control del azúcar, se reduce el riesgo de desarrollar esta complicación".
Añadió que se caracteriza por su curso lento y progresivo, que inicia con la aparición de manchas oscuras en el campo visual, pero "la gente cree que tiene alguna basura que le está tapando el ojo".
Aseguró que la retinopatía diabética tarda entre cinco y 10 años en desarrollarse y una vez instalada, es muy poco o nada lo que se puede ofrecer al paciente.
Indicó que la presencia continua de azúcar elevada en sangre propicia la ruptura de los vasos que irrigan al ojo y con ello arrojan un exudado que va tapando la retina, la cual es una capa ubicada detrás del globo ocular que tiene una función fundamental en la visión.
El especialista agregó que un 45% de los diabéticos desarrollarán esta complicación o inclusive la presentan ya en mayor o menor grado.
"Si a un mal control de la diabetes, se añade que el paciente también tiene hipertensión arterial (lo que de hecho ocurre en más de la mitad de los diabéticos), ésta incrementa el riesgo de desarrollar retinopatía", afirmó.
