Ex funcionarios de seguridad revelaron cómo opera la red de complicidades en torno al robo de hidrocarburos a Petróleos Mexicanos (Pemex).
Manipulación de equipos por parte de los empleados, utilización de herramientas de Pemex en las tomas clandestinas, así como sellos sobrepuestos en las terminales de distribución, son parte de las irregularidades que detectaron los titulares del “Operativo Pemex” en 2004.
Nicolás Suárez Valenzuela, ex titular de la Coordinación de Inteligencia para la Prevención de la extinta Policía Federal Preventiva (PFP), indicó que ese año detectaron varios modus operandi de los criminales para robar a Pemex y que en todos la constante era la complicidad de empleados y funcionarios de la paraestatal.
“Pudimos detectar unas redes importantes de familiares que trabajan en la paraestatal y que tenían distribuidoras de combustible. Sabíamos de otras que no compraban combustible, pero sí vendían”, planteó.
Al ingresar los agentes de la PFP a las Terminales de Almacenamiento y Distribución (TAD), recordó, se dieron cuentan que el combustible se sustraía desde el mismo despacho de la gasolina, pues los empleados manipulaban el sensor que frenaba el suministro cuando se cubría determinado nivel de los camiones.
“Le ponían a ese sensor un condón, entonces no detectaba y seguía despachando combustible. Imagínate el depósito de un camión, de 15 metros de largo por tres de ancho, el espacio que se llevaba de combustible de más, eran miles de litros”, indicó.
Las cámaras de seguridad grababan al empleado colocando un sello en la válvula de la pipa, supuestamente para garantizar que no hubiera sustracciones en el camino, pero el sello estaba sobrepuesto y podía ser manipulado, señaló.
