Manta. Diputados del PT protestan por el presidente Felipe Calderón, lo que ocasionó que se levantara la sesión en San Lázaro.
En las bocinas del salón de plenos de la Cámara de Diputados se escuchaban, a lo lejos, voces a favor de regular el trabajo y el comportamiento de los legisladores; entonces los petistas subieron a la tribuna con una manta en contra del presidente Felipe Calderón, mientras que, al fondo, el panista Manuel Clouthier tiraba de un empujón a su compañero de bancada Julio Castellanos.
Era el escenario de confrontación, de pleito y reclamos en la segunda sesión del periodo que abrió el pasado 1 de febrero, para el que las bancadas hicieron promesas de destrabar las reformas prioritarias. Pero lo ocurrido ayer evidenció que nadie está dispuesto a bajar la guardia.
La sesión inició con un quórum de 410 diputados. Se pretendía desahogar el orden del día, pero en las curules el debate en torno al Reglamento Interno de San Lázaro era un hecho: si ya estaba en vigor o no, si coartaba la libertad de expresión, si limitaría las intervenciones, si es restrictivo para las manifestaciones.
El tiempo corrió y en la sesión reinaba el caos. Pocos sabían sobre qué se discutía, los menos ponían atención; lo legisladores más reconocidos daban entrevistas a los medios de comunicación.
El Reglamento Interno de la Cámara de Diputados pretende regular que los diputados no obstruyan el trabajo legislativo, que se abstengan de hacer manifestaciones ofensivas, abanderen el respeto y la tolerancia, y hasta lo más básico: que asistan a las sesiones y a su trabajo en comisiones.
Los diputados del PT encabezados por Gerardo Fernández Noroña, Mario Di Constanzo y Jaime Cárdenas subieron en fila india a la tribuna a desplegar una manta con una foto del presidente Felipe Calderón, y tres preguntas: "¿Tú dejarías conducir a un borracho tu auto? ¿No, verdad? ¿Y por qué lo dejas conducir el país?". Los diputados panistas se levantaron de sus curules para reclamar con ofensas las del PT a Felipe Calderón.
El presidente de la Mesa Directiva de San Lázaro, el priísta Jorge Carlos Ramírez Marín, decretó un receso y bajó a hablar con los legisladores del PT, sin éxito.
En la bancada del PAN, su vicecoordinador, Carlos Alberto Pérez Cuevas, y Francisco Ramírez Acuña calmaban a sus compañeros, que estaban a nada de irse sobre los petistas y arrancarles su manta.
Pero atrás, en la última fila de curules, dos diputados traían otro pleito. Manuel Clouthier, del PAN, empujó y tiró en las curules a su compañero de bancada Julio Castellanos, quien se levantó y caminó por el lado contrario al del sinaloense.
Ramírez Acuña y Pérez Cuevas decidieron que el PAN se retiraría del salón de plenos, pero en eso llegó su coordinadora, Josefina Vázquez Mota, con un vestido sin mangas, acinturado y con el fleco sobre su ojo derecho.
Ramírez Acuña la tomó del brazo y le dijo: "Vámonos, vámonos, vámonos; no tenemos nada que hacer aquí". Pero a ella, esa "casi" orden, no le gustó, así que zafó su antebrazo y le respondió: "¡No!, primero hablamos con el presidente (de la Mesa Directiva) y después nos vamos".
En realidad, la bancada panista ya estaba saliendo del salón cuando se dio el reproche de Vázquez Mota.
El presidente de la Mesa Directiva lamentó los hechos.
El reproche entre legítimos e ilegítimos, entre buenos y malos, entre los que siempre creen tener la razón, provocó que se quedarán en el tintero los dictámenes en los que se equipararía la trata de personas con el secuestro; una reforma sobre ahorro de energía, otra más sobre regulación de instituciones de seguridad privada; una condena a las críticas de la BBC a la cultura mexicana.
Priistas y perredistas abandonaron sus curules entre risas y comentarios en torno al "circo" en el que se ha convertido el trabajo en San Lázaro. La sesión duró 48 minutos.