Lo despiden. Fotografía de archivo del alcalde del municipio de Zaragoza, Saúl Vara Rivera. EFE
Saúl Vara Rivera, presidente municipal de Zaragoza asesinado de 23 tiros en la espalda en un paraje de Galeana, Nuevo León, era un hombre que andaba solo y que nunca tuvo guardaespaldas; ayer domingo se le rindió homenaje póstumo.
La gente cree que lo mataron para robarle su camioneta, una Lincoln Marck, color hueso, 2008, la cual no ha sido localizada.
"Estamos tristes aún no lo podemos creer" coinciden los ciudadanos que aún no asimilan la tragedia que empezó el miércoles pasado cuando Saúl viajaba rumbo a Saltillo y no llegó.
Se supo de su desaparición y después del hallazgo de su cadáver el viernes por la tarde en el sitio conocido como "El Peñuelo", en el estado vecino de Nuevo León.
Los restos del edil que a decir de su hijo Abelardo "regresó a su Zaragoza de su vida y de su muerte" son velados en la Casa de la Cultura de ese municipio, a donde han acudido miles de personas.
La tarde de ayer el féretro fue trasladado a la parroquia "San Fernando de Rosas" donde ofició misa de cuerpo presente el obispo de la diócesis de Piedras Negras, Alonso Garza Treviño.
Después, en sesión solemne de cabildo, pueblo y gobierno le rindieron homenaje de cuerpo presente en la explanada del edificio de la alcaldía. Ahí montaron guardias de honor ante el ataúd presidentes municipales de la región de los Cinco Manantiales y de la zona norte entre ellos el alcalde de Piedras Negras, Óscar López Elizondo, regidores y síndicos del ayuntamiento y directores de área.
El arquitecto Saúl Vara Rivera es velado en la Casa de la Cultura y será sepultado en el panteón municipal "Sagrado Corazón".
La Fiscalía General aún no da a conocer los resultados de la necropsia de ley practicada al cuerpo de la víctima, pero se supo que se le encontraron 23 disparos en la espalda calibre 762.
