Ensayo. La noche del lunes dio una probadita de su espectáculo.
Alrededor de 50 fans que esperaban impacientes la salida de uno de los máximos exponentes de la música, Ringo Starr, lograron recibir un saludo del ex integrante de los Beatles.
El baterista de la legendaria banda arribó antier por la noche a la ciudad de México, donde ayer ofreció un concierto en el Auditorio Nacional, cuyas entradas vendió en tan sólo una hora.
Los seguidores que esperaban en la parte frontal del hotel ubicado en Paseo de la Reforma corrieron al ver que sólo los músicos que acompañan al artista salieron por la puerta principal.
Una patrulla que intentaba desalojar a los seguidores por supuestamente obstruir el tránsito vial obligó a que muchos de ellos se negaran a despejar el área.
A las 17:30 horas apareció Ringo, con una chamarra negra y una camisa color vino, lo cual despertó gritos de euforia e hizo que sus seguidores se abalanzaran al límite de la puerta del hotel.
Dos motocicletas con agentes de seguridad se le aventaron a los fans para abrir paso y dejar salir la camioneta, que en sentido contrario, tomó la avenida principal.
EL ABUSADO
Mientras algunos de los seguidores aguardaban en la parte de afuera del inmueble, Eduardo Castillo, ataviado en un traje con una corbata color morada, logró librar la seguridad, para así esperar en la recepción donde recibió una bataca del músico, firmada por Ringo.
