EFE
Una pareja da un paseo por la playa, en la que quedaron semienterrados bloques gigantes de cemento de un rompeolas tras el azote del tsunami, en Ichinomiya, en la prefectura de Chiba, al sur de Fukushima (Japón).
Alrededor del 50 por ciento de los 35,000 km de línea costera de Japón está protegida con estructuras de cemento similares destinadas a protegerla de la erosión y de posibles tsunamis. El terremoto y tsunami que devastó el noreste de Japón hace tres semanas dejó 11,578 muertos y 16,451 desaparecidos, según el último recuento policial.