No se las toma en serio. El protagonista del filme LinternaVerde, asegura que en este momento de su carrera como actor las críticas no le interesan
Ryan Reynolds se levanta para saludar, sonríe y una luz blanca y cegadora inunda la habitación. Superada la primera impresión, surgen dos preguntas inevitables: ¿quién es el dentista del actor y cuánto cobra por sesión? Aunque rehusa dilucidar ambos interrogantes, Reynolds se muestra de lo más afable y no esquiva ni una sola de las cuestiones que le plantea el periodista. Se le ha tachado de soso, pero "concreto" se ajusta mejor a este hombre que destaca por su normalidad y sentido común siempre.
Aunque se dio a conocer en la serie de televisión Two Guys And a Girl (1998-2001), Reynolds pronto fue requerido para proyectos cinematográficos como Blade: Trinity (2004), The Amityville Horror (2005), Smokin' Aces (2006), X-Men Origins: Wolverine (2009) o la exitosa comedia romántica The Proposal (2009), donde compartía protagonismo con Sandra Bullock. Pero tuvo que ser una película independiente, dirigida por el español Rodrigo Cortés, la que le llevara a sus límites interpretativos: Buried (2010).
"Siempre es difícil escoger un papel de entre todos los que has realizado, pero ese fue el más satisfactorio a nivel personal, porque todo el mundo nos dijo que era una película imposible, que estábamos locos, que no debíamos hacerla... Creo que acabó siendo una de las piezas de cine más interesantes que se han hecho en mucho tiempo. Le di a Rodrigo hasta mi última gota de sangre, y me encantaría tener la oportunidad de darle toda la sangre nueva que he creado desde entonces", asegura Reynolds (Vancouver, Canadá, 1976) .
UN SUPERHÉROE CON MALAS CRÍTICAS El intérprete ha pasado por la capital de España para dar a conocer las bondades de su último proyecto, la adaptación a la gran pantalla del cómic Linterna Verde, un filme en el que da vida al superhéroe Hal Jordan.
"Es muy divertido hacer un papel como éste. Me he quedado muy satisfecho con mi trabajo y con el resultado final de la película. No creo que haya ni un solo actor vivo que acabe de hacer una película y piense que ha llegado a la perfección, porque ese deseo de mejorar es lo que te empuja a seguir haciendo cosas nuevas, ya sea en televisión, cine o teatro", afirma.
Aunque no ha recibido buenas críticas en Estados Unidos (sin olvidar que la recaudación tampoco ha sido la esperada), Reynolds defiende con orgullo la valía de Linterna Verde, y advierte que la opinión de los especialistas no le quita el sueño. "Hay películas que ganan más y otras que ganan menos, pero eso no resta calidad al trabajo que hayas desarrollado en tu interpretación. Vivimos en ciclos de 24 horas en los que se habla constantemente de los personajes del cine, y no me gusta seguir ese volumen de información. Al principio sí hacía más caso: leía veinte críticas buenas, pero si leía una mala me quedaba sólo con eso. Llegó un punto en que decidí que aquello no tenía sentido".
Los poderes de "Hal Jordan" proceden de un anillo muy especial, un amuleto que confiere una fuerza sobrehumana. Por supuesto, el aro sólo pueden lucirlo unos cuantos elegidos, individuos con un profundo sentido de la responsabilidad. ¿Qué haría Reynolds con semejante jueguito? "Sería travieso y haría cosas terribles. Tengo un lado malvado, pero poco a poco le he limado los cuernos", confirma entre carcajadas.