Sabías que
EL ÚLTIMO ADIÓS
Aunque la llegada de las computadoras vino a simplificar enormemente la tarea de escribir a máquina, agilizando en forma considerable la velocidad y eficiencia en la captura de textos, innumerables personas en el mundo siguen considerando a las antiguas máquinas como herramientas útiles y funcionales. Es por ello que muchos han recibido con tristeza la noticia de que el pasado abril cerró sus puertas la empresa hindú Godrej and Boyce Manufacturing Company, que era la última fábrica de estos artefactos en el mundo, los cuales por supuesto todavía pueden conseguirse aunque cada vez será más difícil encontrar cintas y refacciones, hecho que seguramente los convertirá en un entrañable artículo de colección.
¿HAMBURGUESAS ALIENÍGENAS?
Por décadas un sinfín de personas ha intentado averiguar si hay vida inteligente en otros planetas. Este interés se acentuó desde 1947, cuando un habitante de la pequeña ciudad de Roswell, Nuevo México, encontró lo que se cree serían restos de una nave alienígena -aunque la NASA nunca lo validó. Desde entonces dicha población estadounidense se ha vuelto prácticamente un parque temático para los amantes de todo lo relacionado con ovnis y extraterrestres. Muestra de ello es que hasta el McDonald’s local tiene la forma de un platillo volador. Cabe mencionar que el menú es igual al de cualquier sucursal de la franquicia y los empleados parecen ser humanos, aunque eso sí, aseguran que sus papas fritas tienen un sabor “fuera de este mundo”.
UNA FIESTA ‘MUY MONA’
Si le interesa participar en una fiesta inusual pero ‘monísima’, reserve para finales del próximo noviembre un vuelo a Tailandia, a fin de que no se pierda la edición 23 del tradicional Festival de los Monos en Lopburi (a tres horas de distancia en tren de Bangkok). Desde 1989 el templo Pran Sam Yot ubicado en dicho poblado organiza esta celebración con el fin de honrar a los descendientes de Hanuman, el dios simio. Para regocijo de los macacos, los pobladores los agasajan con grandes cantidades de frutas, verduras e incluso golosinas; tan sólo el año pasado la torre de comida pesó arriba de 2,000 kilogramos. Además, los primates son invitados a instalarse en primera fila para disfrutar de una serie de coreografías montadas en su honor.