Sabías que...
¡BOMBAS VERDES!
Para combatir la destrucción del planeta se necesitan armas efectivas. Pensando en ello, la empresa estadounidense Commonstudio ideó la campaña Greenaid y desarrolló las Seedbombs, unas ‘granadas’ hechas con mezcla de arcilla, composta y semillas, las cuales se expenden en máquinas como la que aparece en la imagen. El plan de los creadores es que quienes adquieran estas ‘bombas’ las lancen o dejen caer anónimamente en cualquier sitio donde haya un poco de tierra libre, lo mismo grietas en la acera que lotes baldíos, a fin de transformarlos en espacios verdes. Las semillas contenidas en las peculiares bolitas son de plantas silvestres, por lo cual germinan fácilmente. Los dispositivos están disponibles en Estados Unidos, Canadá, Europa; en México sólo se encuentran en Monterrey, y las esferas cuestan 10 pesos.
ALTA COCINA ONLINE
Poco a poco más ramas de la educación van tomando medidas para aprovechar lo último de la tecnología a favor de su consolidación, y la gastronomía no podía quedarse atrás, según ha demostrado el instituto Gastronómico Español (IGE), una de las más prestigiosas escuelas en el ámbito culinario mundial. Recientemente el IGE inauguró su Campus Online, gracias a la cual alumnos de todo el mundo pueden tener acceso a sus enseñanzas vía Internet y estudiar maestrías, cursos y especializaciones en Nutrición, Gastronomía y Hostelería sin necesidad de ningún software especial: sólo se necesita una computadora, un smartphone o una tablet PC.
A CORRER... ¿EN TACONES?
Para incontables mujeres el solo hecho de calzar un par de zapatillas es un deporte extremo. Pero otras lo consideran muy sencillo, tanto que cada vez son más populares en el mundo las ‘carreras de tacones’, que como su nombre indica se caracterizan porque las competidoras deben correr no con tenis sino sobre zapatos altos. A menudo estos desafíos se organizan a fin de reunir fondos para una causa altruista (como el combate del cáncer) o solidaria (apoyo a la comunidad gay). Una de las realizadas más recientemente fue la de San Petersburgo, Rusia, donde el único objetivo fue ganar un premio de 1,250 euros, y tuvo como requisito que las contendientes usaran tacones de aguja de nueve centímetros.