Sabiduría de la antigua China
Hay frases que nos dejan una enseñanza en cualquier momento de nuestras vidas. Las citas que aparecen entre comillas son proverbios de la antigua China, es decir, antes de Cristo y de los primeros siglos de la era cristiana.
-“Corta la hierba de raíz y no crecerá más”. Comúnmente cuando se presenta un problema en nuestras vidas tratamos de evadirlo y a lo más enfrentarlo de una manera parcial y casi nunca desde sus orígenes. Una de las fuentes de mayores trastornos emocionales consiste en esta natural deficiencia de la que padecemos todos los seres humanos: realizar el menor esfuerzo y lo que menos sufrimiento nos acarree. Ante un problema amoroso, financiero, de trabajo o de salud, tratamos de encontrar soluciones temporales y a medias. Muchas veces sabemos cómo podríamos resolverlo a fondo, pero ello nos demandaría un gran esfuerzo, decisión firme y sufrimiento. La realidad es que casi siempre es necesario que nos decidamos a solucionar de raíz nuestros problemas. Al principio implica una alta dosis de dolor, pero una vez resuelto la recompensa no se hace esperar: el problema ya lo resolvimos, disponemos de nuevas energías para otras tareas y gozamos el deleite de habernos comportado con una gran valentía.
-“Sin viento no se mueven los árboles”. Todas las personas nos movemos por dos motivos fundamentales: a) para alcanzar el mayor placer o satisfacción; y b) para evitar el sufrimiento. El miedo a que algo nos suceda, y la esperanza de obtener algo, constituyen poderosas motivaciones para nuestra conducta. En ese sentido todos los seres humanos nos guiamos por un interés. La finalidad podrá ser noble o malvada, egoísta o altruista, pero en esencia nos mueve invariablemente un determinado deseo. Que en un lenguaje amable se quiera sustituir la palabra interés por la palabra ‘motivación’ no es muy adecuado, pues denota que se intenta ocultar una de las características más sobresalientemente humanas. Si no hubiéramos actuado por interés, nuestra especie se habría extinguido desde hace cientos de miles de años. Tener interés en algo, movernos por placer, miedo al sufrimiento o por la esperanza no nos convierte en malas personas, sino que revela lo más propio de nuestra naturaleza.
-“A más combustible, más fuego”. Todos conocemos el refrán popular: “No le eches más leña al fuego”. A dicha frase que parece negativa le podemos dar una explicación esencialmente beneficiosa. Así como las llamas crecen con más combustible, de la misma manera nuestros propósitos se fortalecen con motivaciones adicionales. Y en el campo de la conducta humana, si poco a poco empezamos a hacer aquello que más tememos, acabaremos por no temer lo que temíamos. De igual forma, si comenzamos nuevas actitudes provechosas como reducir la ingesta de comida, hacer ejercicio o dedicarle más tiempo al trabajo, cada acción y omisión que emprendamos fortalecerá nuestras nuevas acciones. Si empezamos a emprender actitudes y acciones fructíferas en nuestra autodisciplina y comenzamos a sustituir acciones malsanas por otras que sean correctas, fortaleceremos paulatinamente una nueva forma de vida. “A más combustible, más fuego”; igualmente, a nuevos propósitos y conductas productivas, mejor calidad de nuestras vidas.
-“Contaminar el manantial y esperar que el arroyo sea puro”. Esta es una de las deficiencias que más nos caracteriza como seres humanos: el autoengaño de que “a lo mejor” nuestras serias omisiones y acciones equivocadas o de mala fe, no nos van a traer dañinas consecuencias. “No pasa nada”, es una de las expresiones que más revelan nuestra insensatez e irresponsabilidad. No se trata de ningún karma ni de que un poder divino esté esperando nuestros yerros para castigarnos, sencillamente a toda acción le sigue una reacción con la misma intensidad y en sentido contrario. Esto sucede en el campo de la Física; pero en el ámbito humano a toda acción inadecuada puede llegarle una reacción en contra a menudo de mayor intensidad, distinto a lo que sucede en la Física. Un simple insulto de nuestra parte podría causar que otro nos mate. Un engaño nuestro es capaz de producir que alguien nos retire definitivamente su confianza.
Sirvan estas frases para recordarnos que desde siempre la sabiduría china es de las más profundas que ha dado la humanidad.
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