l Papa Benedicto XVI saludó y animó hoy a un grupo de 20 niños de las escuelas primarias de la localidad de Ofunato, afectados por la radiación tras el incidente de la central nuclear de Fukushima tras el terremoto de marzo pasado.
Los infantes participaron en la audiencia pública con el Papa la mañana de este día en la residencia estiva del Vaticano ubicada en Castelgandolfo, a 20 kilómetros al sur de Roma, tras la cual se reunieron con el líder máximo de la Iglesia católica.
'Prometieron al Papa que no se rendirán jamás y le confiaron todo su deseo de vivir y de renacer', publicó el diario del Vaticano L'Osservatore Romano.
En una tarjeta los niños pusieron por escrito su empeño por reconstruir 'aún más bella' la ciudad, a 'no perder la sonrisa' y a hacer 'florecer la flor de la esperanza'.
Justamente para simbolizar esta esperanza el alcalde de Hokuto, Masashi Shirakura, donó un ramo de cerezo milenario al obispo de Roma como 'voluntad de renacimiento'.
Con ese gesto recordó lo ocurrido en Nagasaki que volvió a alzarse tras la bomba atómica del 9 de agosto de 1945 donde fueron justamente las flores a renacer apenas 30 días después del desastre, sorprendiendo a todos y convirtiéndose así en símbolos de esperanza.