El Poder Judicial de la Federación tiene un objetivo claro: consolidarse como una institución cien por ciento libre de discriminación por género, que inspire y genere respeto, a partir del respeto que se vive en su interior, sostuvo el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Juan N. Silva Meza.
Al inaugurar el Congreso Nacional "Juzgar con Perspectiva de Género", el también presidente del Consejo de la Judicatura Federal (CJF), destacó que la labor de juzgar con perspectiva de género "será inalcanzable en la medida en la cual al interior de los propios juzgados y tribunales no estemos convencidos de que los jueces somos servidores públicos tolerantes de la diferencia, de la diversidad sexual y cultural".
Ante impartidores de justicia del país señaló que "las juzgadoras y los juzgadores de la democracia están llamados a dejar de lado concepciones atávicas que consideran que ciertas consecuencias jurídicas derivan necesariamente del género de cada persona".
Silva Meza expuso que "la función de impartir justicia consiste en buscar recuperar el equilibrio que rompe el abuso del poder, sobre los grupos vulnerables, mediante el análisis de las situaciones particulares y el contexto específico en el que concurren los hechos, para asignar consecuencias jurídicas en casos concretos en forma justa", por lo que juzgar con perspectiva de género "significa para todos despojarse de anteojeras, lo cual no siempre es fácil e incluso en ocasiones es doloroso".
"La labor judicial no puede guiarse por visiones que establezcan diferencias injustificadas y denigratorias, en perjuicio de las personas y menos por razones de género en concreto", dijo.
El ministro Silva Meza subrayó que "juzgar con perspectiva de género implica cuestionar la aparente neutralidad de las normas, visibilizar que, en muchas ocasiones éstas se construyen sobre bases estereotípicas -es decir, de acuerdo con expectativas y roles sociales asignados en forma arbitraria a hombres y mujeres en virtud de su sexo; así como tomar en consideración los efectos diferenciados que las normas tienen cuando se aplican a ambos sexos, dado el arreglo en torno al género- lo que significa, justo en razón de esta asignación diferenciada de roles, tareas y valoraciones", dijo.
Aseguró que la equidad de género no debe empezar en las resoluciones, sino en el trabajo cotidiano de los órganos jurisdiccionales y que, en virtud de ello, en el CJF "hemos iniciado una serie de acciones intolerantes al abuso, al hostigamiento y al acoso generado por razones de género".
"El derecho, es, por excelencia, el agente transformador de los patrones culturales, al abrir vías de acceso a la justicia a las personas más desaventajadas", apuntó.