Con Vaqueros Laguna en el último puesto del standing de la Zona Norte y de la Liga Mexicana en general, pocos son los argumentos que muchos aficionados ven para sostener las esperanzas de lograr una buena campaña, no se diga del playoff. Los naranjas han tenido tantas vicisitudes y la lista de lesionados se ha engordado tanto, que cualquier aseveración podría sonar a excusa barata. Si difícil es mantener la esperanza, una dificultad similar o mayor es la de tener serenidad, calma y paciencia, como aconsejaba el mítico héroe mexicano Kalimán a su lacayo y escudero Solín en momentos de apremio, los que les sobraban a ese dúo creado por Rafael Navarro y Modesto González.
Si en los aficionados la calma es un sentimiento en peligro de extinción, uno se imaginaría que el manager del equipo debe ser el más apurado, intranquilo ante las frecuentes necesidades del equipo y siempre meditando los cambios necesarios para superar la situación de crisis en la que está sumida la novena lagunera. Pero me he llevado una sorpresa al charlar el pasado martes, antes del inicio de la serie contra Monclova, con el timonel naranja Juan Francisco "Chico" Rodríguez. De inicio, el regiomontano me da una sensación de serenidad, de tranquilidad pero también de trabajo, de mucho trabajo.
La pregunta obligada era la del pitcheo, que no ha podido encontrar el equilibrio con un bateo más que decente exhibido por la ofensiva de los Vaqueros. Desde antes de iniciar la campaña, durante su presentación como timonel del equipo, Rodríguez advertía a los representantes de los medios de comunicación y a la afición en general, que el pitcheo era su principal preocupación y ocupación, situación obvia, al ver que los lanzadores naranjas fueron el hazmerreír durante el calendario del 2010. Hoy día, el 1-2 y 3 proyectado durante la pretemporada, está frito.
Juan Delgadillo y Esteban Yan han causado baja del equipo, y el mazatleco Ramón García fue removido al bullpen, para hacer trabajos de relevo largo. Los otros dos abridores, Demetrio Gutiérrez y Baudel Zambrano, también ocupan sitios de relevistas y ambos son utilizados con frecuencia por "Chico" Rodríguez. Pero seamos sinceros, poco podemos achacarle al manager: no se trata de que remueva al lanzador de la lomita en cierto momento del juego, si el que entra no hace el trabajo.
El pitcheo es un desastre y sigue siendo el hazmerreír de la liga, parece que los visitantes vienen al Revolución a hacer práctica de bateo. Los números lo reflejan con prístina claridad: la peor efectividad (6.63), cero blanqueadas, es el que recibe el mayor número de hits (515), al que más carreras le realizan (292), al que más jonrones le han pegado (59), tienen el segundo peor WHIP (1.80) y el único factor favorable es que es el segundo pitcheo más ponchador, con 258 chocolates, sólo detrás de los Diablos Rojos del México.
Del bateo no hay ninguna queja (primeros de la liga en hits, porcentaje de bateo y bases robadas, así como tercer lugar en carreras anotadas, impulsadas y bases totales), por lo que encontrar el equilibrio sigue siendo la titánica labor que tiene por delante el manejador naranja, quien seguramente se mantendrá sereno para poder pensar soluciones de mejor manera. Desde aquí un abrazo a Ramón Ortíz y Sergio Alfaro, amigos que vieron durante esta semana cómo sus respectivos padres partían a su encuentro con el Señor; que haya pronta resignación para sus familias. Recuerden amigos disfrutar la vida, hasta que caiga el out 27.
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