Andrés Guardado, del Deportivo La Coruña, se incorporaró ayer a la concentración de la Selección Mexicana en Varsovia, Polonia.
Dos juegos con entornos desconocidos para muchos, 180 minutos de exhibición en el aparador al que anhelaban llegar. El sueño les fue cumplido... No queda más que corresponder dentro del lienzo verde. Es hora de lucirse ante el mundo.
Los integrantes de la Selección Mexicana están conscientes de la relevancia que tendrán los cotejos amistosos ante Polonia y Chile. Más allá de que son rivales calificados, el Tricolor podrá enseñar de lo que es capaz en el viejo continente, la principal palestra futbolística del orbe.
"Obviamente, para la gente joven es la primera vez que van a Europa y es mucho más vistoso para ellos, porque podrían tener la oportunidad de quedarse allá".
Motivo que aumenta la ilusión de cara a la minigira por Varsovia y Barcelona, método de preparación tan necesario como escaso en la época contemporánea del Tricolor.
Sin tomar en cuenta los viajes relámpago, en los que sólo se efectuó un choque, o los duelos que representaron la parte final de la preparación rumbo a una Copa del Mundo, hacía 18 años y medio que el equipo mexicano no cruzaba el océano Atlántico para sostener más de un encuentro amistoso.
"Van a ser dos partidos a los que debemos sacarles todo el provecho. Tanto hablamos de ir a Europa a jugar, a medir fuerzas... Es una buena oportunidad", valora Carlos Salcido. "Aparentemente son encuentros amistosos, pero no los hay. Vamos allá a tratar de hacer buenos juegos y siempre será bienvenido un buen resultado".
Lo que les permitiría mantener el invicto de José Manuel de la Torre en el banquillo tricolor. Los números del "Chepo" al frente del representativo nacional (nueve victorias y tres empates) son un aderezo extra en la aventura europea.
