Miles de personas huían el martes ante la proximidad de una tormenta monstruosa a punto de abatirse sobre el noreste de Australia, que según las autoridades causaría graves daños y podría dejar víctimas en una región que aún no se recupera de grandes inundaciones.
Los hospitales de Cairns, una ciudad de acceso a zonas de playa, quedaron vacíos cuando aviones se llevaron a los enfermos y ancianos a una zona muy al sur de la costa tropical de Queensland que está en el camino del ciclón Yasi. Los habitantes tomaron vuelos especialmente habilitados por las aerolíneas comerciales.
El aeropuerto de Cairns preveía cerrar el miércoles.
Según los pronósticos, Yasi debía llegar a la costa en las últimas horas del miércoles o primeras del jueves con ráfagas de hasta 250 kph (155 mph), informó la Oficina de Meteorología.
Algunas poblaciones costeras recibirían hasta un metro (tres pies) de lluvia, dijeron los meteorólogos. Muchas partes de Queensland están saturadas por meses de inundaciones, las peores de todas cientos de kilómetros (millas) al sur de la trayectoria pronosticada de Yasi, pero la premier del estado, Anna Bligh, exhortó a los habitantes a prepararse.
"Es una tormenta tan grande, un monstruo, una tormenta asesina, que no sólo los que están en su camino directo están en riesgo", dijo Bligh.
Cairns, una ciudad de 164,000 habitantes, es la población de acceso a la Gran Barrera de Coral frente a la costa de Queensland.
Se pronostica que sufrirá el mayor impacto de la tormenta, pero se emitieron alertas para un tramo de costa de 1,600 kilómetros (1,000 millas) de largo, desde la comunidad remota de Cape Melville, hasta el puerto de Gladstone.
Se ordenó a unas 9,000 personas que abandonen sus hogares, ya que se pronostica una marejada de por lo menos dos metros (6.5 pies) que inundará una buena parte de la ciudad.
