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Se cierra un ciclo

No Hagas Cosas Buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI MORALES

El miércoles entrante a las 24 horas habrá de concluir el mandato constitucional que ostentaba el ahora gobernador con licencia Humberto Moreira Valdés. El casi exiguo sexenio, dejará sin duda huellas especiales la historia reciente del Estado de Coahuila por las particulares acciones que se tomaron cuando se tuvo el cargo de gobierno.

Primeramente, este gobierno que está por terminar tendrá que ser recordado porque ciertamente fue la administración que con mucho, realizó la mayor obra pública jamás registrada en la entidad. Fue también, el gobierno que mayor énfasis puso en la actividad social, léase a apoyos directos como material de construcción diverso, tinacos, pintura. Que fueron repartidos masivamente; obvio bajo un control estricto con fines electoreros de manera colateral.

También, Humberto Moreira construyó escuelas como ningún gobernador lo había hecho.

Además, el reparto de útiles escolares y uniformes estudiantiles fueron también signo de su gestión. El programa La Tarjeta de la Gente, que consistía en repartir dinero a través de una tarjeta. Este programa fue impugnado por el senador Guillermo Anaya y sus huestes, que acusaban que el mencionado programa tenía un manejo oscuro en sus reglas de operación y que su finalidad además de ser netamente política, para el control de las masas populares. El resultado es que simplemente se le cambió de nombre por Tarjeta del Hogar, y todo continuó en el mismo rumbo.

En el plano partidista, Moreira fue una aplanadora, salvo la derrota en las elecciones federales de 2006, en el triunfo de Felipe Calderón como Presidente de México y que arrastró el efecto para que el PAN ganara las votaciones para el Senado, ungiéndose ganadores el propio Guillermo Anaya y Ernesto Saro. Jesús María Ramón del PRI alcanzó espacio en la Cámara Alta porque ocupaba la primera posición en la fórmula priista, Salomón Juan Marcos se quedó fuera, amén de la última derrota del PRI en Coahuila.

Dos años después de las federales, ya en el 2008, el priismo arrasó en las votaciones para renovar el congreso local, ganando todos los distritos en disputa, con lo que aseguraron una amplia mayoría en Poder Legislativo. Esas elecciones tuvieron la particularidad que sólo se escogieron diputados, sin que se tuviesen que elegir alcaldes, ya que desde 2005 se había modificado la ley para que los ayuntamientos tuvieran una duración de 4 años. En 2009, ocurrieron nuevamente comicios, hasta en dos ocasiones, la primera para los diputados federales, que también fue un triunfo contundente, 7 de 7. Esto fue en el mes de julio, meses después se celebraron nuevamente elecciones, ahora para las presidencias municipales, y de nueva cuenta el triunfo fue abrumador, y Moreira se hizo de la alcaldía de Torreón, bastión que hasta entonces había sido del PAN.

La cereza del pastel para el profesor y los suyos fue este año, en julio del presente nuevamente ganó todos los distritos locales y por amplio margen renovaron la gubernatura en la persona de su hermano Rubén derrotando en todos lados al hasta entonces imbatible Guillermo Anaya, incluso en su ciudad.

Sin embargo, está también la parte muy oscura de todo esto. Primeramente y en lo general, Humberto Moreira dejó endeudado al Estado con casi 34 mil millones de pesos, más del 100% del presupuesto anual de Coahuila. Además de ello, parte considerable de esta deuda fue contraída de manera ilegal, al no consultar al Congreso local, para evitar el desgaste político que ello implicaría.

También hay que señalar que el presidente nacional del PRI, fue tremendamente desigual en su trato para con La Laguna, particularmente con Torreón, a quien le destinó mucho menos presupuesto que lo que hizo para Saltillo, pero sobre todo, en lo que se refiere a la atracción de inversión, donde la región sureste del Estado captó 11 veces a uno lo que se pudo atraer a La Laguna.

Hay por supuesto algunas razones que justificarían parcialmente el fenómeno, como es el caso de la mejor situación geográfica de Saltillo, particularmente en el tema de "clúster" automotriz. El argumento de que el costo del terreno en Torreón es mucho más caro, en parte hay razón, pero si alguien bajo el brazo ofrece una empresa gran calado sobrará gente que le interesa albergarla en sus tierras, para agregarle valor al resto de sus predios colindantes.

Con todo ello, el gobernador con licencia se ha empeñado en embarrar a funcionarios federales de Hacienda -que obviamente tuvieron que haber participado- para tratar de aparentar que no fue su gobierno sino unos cuantos malos funcionarios estatales y federales, quienes obtuvieron varios miles de millones de pesos de préstamos sin que él no se diera cuenta alguna.

El ciclo como gobernador de Humberto termina y se abre el de Rubén, el interinato de Jorge Torres fue un cálculo hecho años atrás por los hermanos. La deuda queda, prevalece, y si en los años Coahuila adquiere un dinamismo sobresaliente que le permita alcanzar un desarrollo sobresaliente, ciertamente el tiempo le dará la razón al profesor Moreira que dejó a los coahuilenses endeudados. En cambio, si este desarrollo no se da, y los ejercicios venideros como el próximo, destinan porcentajes sensibles al pago del servicio de la deuda, quedará claro que mucho de los empréstitos fue a parar en programas de mero gasto -aunque sea social- que sirven para ganar muchos votos, paliar en el corto plazo la carestía, pero que en los años no hacen sino regresar al mismo estado de pobreza o peor que estaban antes de los programas de regalo.

eirazoqui@elsiglodetorreon.com.mx

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