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Se contagian del 'efecto Egipto'

AP

A un mes después que el mundo presenció cómo Túnez celebraba la caída de un gobernante autoritario, las escenas del viernes en el Centro de El Cairo ofrecieron una imagen más elocuente del nuevo poder de los pueblos árabes: una multitud jubilosa celebrando el fin del presidente Hosni Mubarak.

Lo que comenzó a fines de enero como una protesta tentativa contra un régimen atrincherado fue creciendo hasta convertirse en una insurrección popular que obligó a Mubarak a renunciar.

Pero la revolución del Nilo -que culminó 32 años después de la caída del gobierno del shah de Irán, respaldado por Estados Unidos- plantea serios interrogantes sobre la estabilidad a largo plazo de otros regímenes de la región aliados a Occidente y podría reconfigurar significativamente la política estadounidense desde el Mediterráneo hasta el Golfo Pérsico.

No hay garantías de que la ola reformista inunde pronto otro país. Un intento por despertar protestas similares en Siria a principios de mes fue sofocado por las fuerzas de seguridad.

En Arabia Saudí -otro bastión tradicional de los intereses de Estados Unidos en la región- un grupo de activistas de oposición dijo solicitó al rey el derecho a formar un partido político, en un inusual desafío al poder absoluto de la dinastía gobernante.

"Usted sabe muy bien que en el mundo islámico se están produciendo grandes acontecimientos políticos y se presta atención a la libertad y los derechos humanos", dijo el grupo en una carta al rey Abdulá, que fue uno de los más firmes sostenes de Mubarak hasta el final.

El nuevo primer ministro de Jordania, Marouf Bakhit, prometió ayer continuar las reformas políticas demandadas por los manifestantes que forzaron al rey Abdulá II a reorganizar el Gabinete. La semana pasada el presidente de Yemen Ali Abdulá Saleh -aliado clave de Estados Unidos que gobierna desde hace más de tres décadas- cedió ante las presiones de los manifestantes y anunció que no buscará la reelección en 2013 ni tratará de pasar el poder a su hijo.

"Egipto tendrá un gran, gran impacto en la región", pronosticó Salman Sheikh, director del Centro Brookings Doha en Qatar. "Es -como siempre ha sido- un desencadenante de lo que ocurre afuera. Pero es ilusorio intentar adivinar qué país será el próximo. El verdadero impacto se está viendo en las reformas en los países que sienten la presión".

Miles de manifestantes ocuparon el martes una plaza céntrica en la capital de Bahrein, en una rebelión de tipo egipcio que significó la extensión del movimiento por los cambios en el mundo árabe por primera vez a los estados del Golfo Pérsico.

Las fuerzas de seguridad enfrentaron a los manifestantes que desde hace dos días exigen reformas políticas y mayores libertades. Tras la muerte de dos manifestantes, el principal grupo opositor anunció que suspendía su participación en el parlamento.

Miles de personas que demandaban la renuncia del presidente de Yemen chocaron el martes con la Policía y partidarios del gobierno en la quinta jornada consecutiva de protestas inspiradas por Egipto y por lo menos tres manifestantes resultaron heridos.

La Policía intentó dispersar a los manifestantes con gases lacrimógenos, garrotes y pistolas de descargas eléctricas, pero unos 3.000 continuaron la marcha desde la Universidad de Saná hacia el centro, coreando "¡Abajo los matones del presidente!" y otras consignas contra el presidente Alí Abdalá Salé.

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Escrito en: Egipto Túnez

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