Ni se devolverán las inscripciones que pagaron los padres de familia, ni los alumnos serán reubicados de plantel, dijo Rodolfo Carrillo García, director del CBTIS Número 156.
Ayer miércoles, se cumplió una semana sin clases en el CBTIS, y al respecto el director comentó que la tarde del martes se reunió con padres de familia, quienes están inquietos por una serie de rumores suscitados desde que los campesinos del ejido La Joya tomaron el plantel para reclamar el pago de las tres hectáreas donde esta construida la escuela.
Algunos rumores son que la dirección regresará las inscripciones que los padres de familia pagaron al inicio del curso, que los alumnos serán reubicados al CBTIS de la colonia Vicente Guerrero, e incluso que los ejidatarios demolerán los salones si la Secretaría de Educación Pública (SEP), no les paga las tres hectáreas que cedieron para la construcción del plantel.
“Nada de eso es verdad y no sé con qué finalidad se están propagando esos rumores, pero cómo vamos a mandar a nuestros alumnos a una colonia conflictiva, eso no es verdad, como tampoco lo es que vayamos a regresar las inscripciones”.
Rodolfo Carrillo García dijo que no está en sus manos resolver las solicitudes de los campesinos, quienes son los dueños legítimos de las tres hectáreas donde se construyó el CBTIS 156.
“No estamos haciendo oídos sordos, de hecho estamos esperando que para más tardar el viernes, vengan representantes de la DGETI o de la SEP”.
El director dijo que no será necesario tomar ninguna medida alterna porque está convencido que pronto se solucionará la toma del plantel.
Por su parte, los campesinos siguen en las instalaciones exigiendo un pago de 18 millones de pesos por las hectáreas que cedieron a la SEP en 1982, a cambio de una compensación.
Reclaman pago
Algunos detalles de la toma del CBTIS 156:
Los campesinos del ejido La Joya tomaron las instalaciones para reclamar un pago de 18 millones de pesos a la SEP.
En 1982 los ejidatarios asignaron tres hectáreas para la construcción del plantel. A cambio, la SEP se comprometió a darle a los campesinos una compensación económica por las tres hectáreas, pero las promesas nunca se cumplieron.