Aunque su consumo había registrado un descenso en el país, en los últimos años las drogas inhalables han experimentado un repunte.
Entre 2002 y 2008, año de la última Encuesta Nacional de Adicciones, el consumo de estas sustancias pasó de 0.53 a 0.80 por ciento entre la población en general, alertó María Elena Medina Mora, directora del Instituto Nacional de Psiquiatría.
Al impartir una conferencia en El Colegio Nacional, la especialista destacó que el problema con estas sustancias es que cada vez son más consumidas por población joven y su presencia ya no se limita a las clases sociales más marginadas.
Chihuahua, el Distrito Federal, Nuevo León, Hidalgo y Quintana Roo son las entidades que presentan los mayores problemas en su consumo, dijo.
Sin embargo, destacó que los usuarios de esas drogas se caracterizan por provenir de hogares más inseguros que quienes consumen cocaína o mariguana, pues han sido víctimas de amenazas o de violencia.
La especialista advirtió que un reto que plantea el crecimiento en el consumo de estas sustancias es la dificultad para su regulación, pues su presencia es frecuente tanto en el hogar como en diversas industrias, sin embargo, hizo un llamado a trabajar con los productores para evitar el consumo como droga.
"Son altamente disponibles y relativamente baratos, hay poca información científica", indicó.
El consumo de estas sustancias, dijo, puede causar desde arritmia hasta muerte súbita, accidentes, disminución de las funciones cognitivas, daño neurológico, afectaciones a órganos como el hígado, riñones y pulmones, así como alucinaciones.
