Turismo. La antigua Iglesia de Santa Ana atrajo esta semana un poco de turismo al ejido y no las procesiones del Viernes Santo.
La tradicional celebración de Semana Santa se perdió. Las imágenes sacras de la Iglesia Santa Ana del Horno no han vuelto a recorrer las calles del ejido Venustiano Carranza, en brazos de sus moradores, desde hace años. El turismo que era atraído en estas fechas por la particular celebración, también se extinguió.
Ayer apenas un contingente de 15 personas dio inicio a la procesión. Un pequeño Cristo cargado por una niña lo encabezaba. El recorrido fue similar al que hacen en otros ejidos, nada de lo que hacían antes.
Visitantes acudieron al ejido, pero únicamente para apreciar la remodelada Iglesia de Santa Ana de Hornos, ubicada en la Ex Hacienda de Hornos, quien tiene más de 400 años de existencia.
LA TRADICIÓN
La Virgen de los Dolores salía de la Iglesia Santa Ana de Hornos, cargada por mujeres vírgenes quienes lanzaban cantos y rezos durante la procesión, una semana antes del Viernes Santo. Era la primera de las imágenes en salir y la que daba inicio a la celebración de la Semana Santa.
El Viernes Santo, el Cristo era cargado por hombres, oriundos del ejido que lo llevaban a las 14 estaciones. Las mujeres puras, nuevamente cargaban a la Virgen de los Dolores y a la imagen de María Magdalena, y recorrían el ejido separadas de los hombres, para encontrarse todos en la Tercera Estación.
Al finalizar la procesión, el Cristo era depositado en una urna llena de flores y al poco tiempo sacado al ejido.
María Magdalena y La Virgen de los Dolores eran vestidas de negro y de nueva cuenta recorrían las calles del ejido. Luego el Cristo era velado por los residentes quienes hacían guardias con veladoras en reclinatorios.
Ésta era la forma en la que tradicionalmente los habitantes del ejido Venustiano Carranza celebraban la Semana Santa.
Por sus detalles curiosos, las procesiones eran seguidos por decenas de visitantes, por lo que los días Santos representaban también una derrama económica para los residentes.
"Hace como ocho años vino un sacerdote y ya no quiso que se sacaran las imágenes. Se puso a la entrada de la puerta y la gente quería sacarlas, pero no lo hicieron", dijo Concepción Anguiano, coordinadora de la Iglesia.
Gaspar Cuenca, encargado de la Iglesia, dijo que por ser parte de una tradición de años, el año entrante se buscará retomarla.
"Es una tradición que es nuestra y no queremos que se pierda", dijo.
