Basura. Al año se generan en México 300 mil toneladas de basura electrónica, de acuerdo al Instituto Nacional de Ecología.
Cuando un objeto electrónico de casa se descompone, entiéndase desde refrigerador hasta videojuego, es común que su reparación represente un alto costo, lo que trae la encrucijada de invertir en uno nuevo o arreglar el descompuesto.
Una de las posibilidades sería que los compradores de usado retiren el fierro y lo vendan a bodegas de reciclaje, lo que implica que las demás partes vayan a la basura convencional, y liberen gases y sustancias dañinas para el entorno.
De acuerdo con las cifras del Instituto Nacional de Ecología, en México se generan 300 mil toneladas de basura electrónica por año.
Empresas como HP, Intel, LG, Nokia, Toshiba, Samsung, Dell y Sony están intentando desde 2010 reducir o eliminar algunos de los químicos más peligrosos de los equipos. Entre sus medidas a corto plazo está suprimir el uso de PVC (policloruro de vinilo), estructura de plástico que comúnmente recubre los aparatos y uno de los componentes que causan más daño al medio ambiente.
SIN EFECTOS ADVERSOS
La creciente oferta de dispositivos electrónicos como celulares, notebooks o consolas portátiles, ha hecho posible que las personas accedan a ellos más fácilmente.
Para evitar en lo posible los efectos adversos para el medio ambiente cuando han terminado su vida útil, el Gobierno mexicano está promoviendo el negocio del reciclado y leyes para exhortar a los ciudadanos a que procesen correctamente su basura.
Las empresas especializadas cuentan con líneas de producción enfocadas a la desmanufacturación, es decir, al proceso de reciclado de ciertos productos que requieren ser destruidos para clasificar los materiales, separarlos y manejarlos, con el fin de obtener metales, vidrio y plástico.
Lo ideal entonces sería verificar qué piezas de los aparatos se pueden reutilizar y canalizar el resto a los centros especializados para evitar que contaminen el entorno.