Policías federales decomisaron en Sonora 3 mil 900 kilogramos de marihuana ocultos en un camión que transportaba aceite, así como 18 kilos de una sustancia blanca con las características propias de la droga conocida como 'cristal'. Al realizar una revisión al vehículo, los federales detectaron en la parte de la carga un olor característico de la marihuana, por lo que el tractocamión fue trasladado a las instalaciones de la 45 zona militar, en Nogales.
Mientras el consumo de marihuana en el país aumenta, la destrucción de plantíos de esta droga y los decomisos bajan.
En esta Administración del presidente Felipe Calderón, el promedio anual de las cifras documentadas por el Ejército son inferiores a las reportadas en los sexenios de Ernesto Zedillo y Vicente Fox.
De 1995 a 2000, según un informe de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), cada año eran abatidas un promedio de 19 mil 523 hectáreas de marihuana; de 2001 a 2006 la cifra se disparó a 25 mil 800, pero en el actual sexenio, de 2007 a 2009, se desplomó a 17 mil 14 anuales.
La última Encuesta Nacional de Adicciones, realizada en 2008, concluyó que 4.2% de la población rural y urbana de entre 12 y 65 años consumía marihuana.
Seis años atrás, en 2002, sólo lo hacían el 3.5% de los ciudadanos ubicados en ese mismo sector poblacional.
En Estados Unidos, según la Encuesta Nacional sobre Uso de Drogas y Salud 2009, el consumo de marihuana también aumentó: en 2007 la consumía el 5.7% de su población de 12 años en adelante, la cifra subió a 6.1 en 2008, y en 2009 llegó a 6.6.
Tampoco en los decomisos las cifras son halagadoras. En el último año de la Administración de Zedillo reportó que en el último año de su sexenio el Ejército aseguró 504 toneladas de marihuana. Mientras que, de septiembre de 2009 a agosto de 2010, el Gobierno de Calderón, según el informe de acciones de la Sedena, sólo interceptó 206 toneladas. Menos de la mitad de lo logrado en el año 2000.
COSECHAN SIEMPRE EN EL MISMO LUGAR Los cárteles mexicanos se han burlado de la destrucción de plantíos de marihuana y amapola en los últimos cuatro sexenios.
Las autoridades han detectado que en el mismo sitio donde el Ejército ubica las cosechas y destruye la droga, los criminales vuelven a trabajar la tierra cuando los militares se van.