En medio de intensas negociaciones y de enérgicas advertencias de ruptura, Jesús Zambrano y Dolores Padierna —que representan a los principales bloques— se perfilan para ser los próximos presidente nacional y secretaria general, respectivamente, del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Ayer jueves, pese al intenso trabajo de acercamiento que realizó durante las dos últimas semanas, la propuesta del jefe de gobierno del DF Marcelo Ebrard, el diputado guerrerense Armando Ríos Piter, perdió fuerza y está al borde del retiro de la contienda interna perredista. Nueva Izquierda, la corriente más influyente dentro del PRD encabezada por el presidente nacional perredista Jesús Ortega, advirtió en voz de su coordinador Miguel Barbosa que hay riesgo de que por recomendación de Andrés Manuel López Obrador un sector del partido vaya a la ruptura. Izquierda Democrática Nacional (IDN), leal a López Obrador, respondió a través del diputado federal Alejandro Sánchez Camacho que si se impone la mayoría pro Ortega para definir a la nueva dirigencia perredista “será el principio del fin del PRD” y “habrá muchos que lo abandonen”.
Las negociaciones entre las diferentes corrientes perredistas se trasladaron al Palacio Legislativo de San Lázaro. El frente de las corrientes de Marcelo Ebrard, Jesús Ortega, Amalia García y Héctor Bautista acordó llevar a la presidencia nacional del PRD a Zambrano, y negociar, de así aceptarlo, la secretaría general con el resto de los grupos internos que apoyan a Padierna.
El diputado Alejandro Sánchez Camacho, portavoz de IDN, dijo que su corriente trabajó junto con el G-8 para alcanzar la presidencia, pero si la votación es adversa estarían en condiciones de aceptar la secretaría general. Condicionó: “Si hay una orientación que en términos de la línea política respete la resolución de nuestro congreso nacional del 2009, donde se rechazan categóricamente las alianzas con el PAN, si hay una orientación que rescate esta definición y si es a partir del reflejo de una correlación de fuerzas como IDN y aliados, se puede asumir la Secretaría General, aunque trabajamos para presidir al partido”. El G8 también se enteró del acuerdo entre Ebrard y Ortega de juntar a sus consejeros nacionales para impulsar a Zambrano, y a cambio redistribuir los puestos de poder en el PRD, como son las coordinaciones parlamentarias, el Consejo Nacional y la vicepresidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados. Ese acuerdo también borró de la lista a Armando Ríos Píter.
Los dos grandes bloques de corrientes intensificarán en estas horas sus cabildeos y negociación de cargos en aras de evitar la fractura del partido. Incluso, se propuso que la elección del presidente nacional se realice el domingo, y no el sábado, para evitar que el resultado impacte negativamente en los discursos de Andrés Manuel López Obrador durante sus giras de campaña.
