Vendedores ambulantes hicieron su agosto en las inmediaciones del TSM, con la venta de todo tipo de accesorios, donde predominaban los colores de México y Brasil.
Lo que prevaleció, y a precio muy accesible, fue la pintura tricolor que se pone en las mejillas, la cual iba desde un peso, por lo que muchos de los aficionados, para seguir con el ambiente mexicano adoptaron esta moda.
Había muchos aficionados laguneros, pero también seguidores del Tricolor procedentes de Ciudad Juárez, Monterrey, Saltillo, Durango, Zacatecas, Chihuahua, Monclova, Piedras Negras y Ciudad Acuña hicieron el largo viaje, para presenciar el duelo ante el combinado brasileño.
Los patrocinadores, realizaron activaciones gratuitas, como tiros penales en porterías movibles, además que prevalecieron las canchas de fubol y voleibol playero, herencia de "La Ola de la Alegría".
La música mexicana se hizo presente cuando el mariachi Continental deleitó a las personas que iban llegando al estadio.
