La UNAM y el Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional, organizaron en el Distrito Federal, la conferencia internacional sobre "Seguridad y Justicia en Democracia", del 6 al 10 de junio de 2011.
Participaron personajes de la vida pública, procedentes del Instituto Iberoamericano y de la propia Magna Casa de Estudios, encabezados por Jorge Carpizo, incluyendo otra serie de personalidades, como: Mayolo Medina, Regina Santiago, José Elías Romero Apis, etc., todos ampliamente reconocidos en el medio nacional.
En el evento académico se escucharon conferencias y propuestas de 88 ponentes, con la participación de 18 moderadores. El doctor Jorge Carpizo MacGregor, en su calidad de presidente del Instituto, elaboró un extracto que contiene los pensamientos y mensajes de los participantes, mismo que les recomiendo por ser un documento útil para formar criterios.
Queda en claro que la inseguridad no se puede desvincular a otros graves problemas de los mexicanos, tales como desigualdad, pobreza, desempleo, falta de oportunidades y calidad de la educación; además y muy importantemente, denunció el desaliento de los jóvenes, sin adecuadas oportunidades de empleo y/o educación.
El fenómeno tiene varios orígenes, entre ellos podemos señalar:
La corrupción agobiante y crónica que lleva a una pésima administración pública, sin planeación a largo plazo y consecuentemente sin objetivos evaluados, planeados y ejecutados con profesionalismo y responsabilidad.
El doctor Carpizo escribió: "El Estado tiene responsabilidad hacia los jóvenes que son el futuro del país. No se puede permitir que por falta de oportunidades lícitas, su destino sea la drogadicción y el sicariato". Gran verdad.
La inseguridad tiene una energía social negativa extraordinaria, al formarse el círculo vicioso entre pobreza e ignorancia, con ramales alimenticios.
El mal gobierno, deseducación y mala distribución de la carga fiscal entre los ciudadanos son ingredientes activos; hoy día, el "clasemediero" carga con tasas impositivas altas, que sólo puede solventar a partir del mayor deterioro de su economía familiar.
El subempleo o el auto-empleo evasor, así como los artilugios de algunos grandes comerciantes e industriales para evadir responsabilidades impositivas, hacen del problema una madeja muy difícil de deshacer.
A últimas fechas se ha trasparentado la alianza de algunos empresarios con los ilegales, a través del "lavado de dinero", que según cifras mencionadas, puede llegar a representar hasta 40,000 millones de dólares anuales, según cita el propio Carpizo.
También abordaron el tema de las labores ministeriales, institución con funcionarios y agentes que son incapaces de contener la violencia, argumentándose causas como: incapacidad profesional, corrupción y hasta mala paga. Al respecto, el criminólogo Cesare Beccaria, afirma: "La inhibición de los delitos no se logra con la severidad de las penas, sino mediante la aplicación de éstas". Recuerde: en México, la impunidad está presente en el 97% de los casos.
Otro ángulo del problema, de por sí complejo, está dado por la presencia en las calles del ejército y la marina, hecho que muchos rechazan y critican, pero sin proponer planes alternativos para retirarlos. Los efectos indeseables, van desde el desprestigio de las fuerzas armadas, hasta la aplicación de fuerza desmedida y la violación de derechos humanos.
Es urgente recobrar la tranquilidad y el orden a partir de la aplicación de programas coordinados, realidad que desesperadamente se ve lejana, ante la incapacidad de las fuerzas policiacas por falta de equipamiento, entrenamiento y/o corrupción.
Aún quedan factores que complican la atención, control y disminución de los índices de violencia y criminalidad; entre otros: la falta de transparencia que provoca incertidumbre en relación a la información estadística y así poder conocer la efectividad de planes y programas aplicados en la atención.
Uno más: economía dispar entre las remuneraciones y pagos del Estado, insuficientes para atender la calidad de vida de las familias de los integrantes de los cuerpos de seguridad, contra el elevado flujo de efectivo de las bandas criminales.
También sume la muy desigual comparación entre el Estado y los criminales en capacitación y recursos para desarrollar tácticas de inteligencia e investigación.
Agregue la incapacidad de reacción efectiva de autoridades judiciales y legislativas, que las hace ineficientes ante las necesidades sociales, generando impunidad y otro estímulo para delinquir.
Considere la influencia de intereses extranjeros, entre ellos los del mercado del narcotráfico, deficiente y sospechosamente mal atendido; incluya contrabando de armas y sustancias químicas y aparatos para montar laboratorios.
Estas confluencias, en el agravado problema de la violencia, hace que las soluciones sean difíciles y a largo plazo. Sin embargo, la participación social a través de sus organismos intermedios y no gubernamentales es decisiva para llegar a un final feliz.
¿Qué hacer?: participar activamente como ciudadanos interesados y responsables; se trata de alcanzar un ambiente social de tranquilidad y paz como el que teníamos hace unos pocos años.
Involucrarnos en la solución del problema, se reflejará en los resultados obtenidos; ¿Está usted dispuesto hacer su parte?
Ydarwich@ual.mx