Consternación. Con un emotivo homenaje, familiares, alumnos y colegas despidieron al médico Javier Roqueta Fregoso en la Facultad de Medicina.
Familiares, colegas y alumnos recordaron al "entrañable amigo", al profesor responsable que, desde las siete de la mañana, ya estaba listo para impartir sus clases, al compañero que veía la vida con optimismo; al padre, al abuelo y al amigo con la sonrisa siempre amable.
En la Facultad de Medicina y Nutrición de la Universidad Juárez del Estado de Durango, justo a la hora a la que el médico cirujano Javier Roqueta Fregoso solía impartir sus clases, sus compañeros lo despidieron con un emotivo homenaje de cuerpo presente en el que, además, exigieron a las autoridades el esclarecimiento de su homicidio y un alto a la violencia.
En el acto, el médico Pablo Macías consideró necesario tomar de ejemplo el optimismo por la vida de quien murió asesinado el pasado miércoles para evitar el pesimismo que solo lleva a "lamentarse y a esconderse".
"Así como nosotros tratamos de ser lo más responsables posible haciendo las cosas como se deben de hacer, exijamos a la autoridad que ya basta, que hagan su trabajo, que no nada más oculten como el avestruz la cabeza abajo de la tierra porque sentimos que no se hace suficiente. Exijámosles que hagan su trabajo y que cuiden, no nada más a los médicos, no somos tan mezquinos, sino a toda la sociedad como es su principal responsabilidad", mencionó.
Con la voz entrecortada por el llanto que no fue posible contener, Esther Ávila Macías externó: "Necesitamos volcarnos a las calles para que nos manifestemos porque esto no puede seguir pasando".
RECLAMO GENERALIZADO
Al hacer uso de la palabra, el hijo del médico, Guillermo Roqueta Uriarte, convocó a la ciudadanía a fomentar un cambio. "Tenemos que estar todos unidos para demostrarle a la gente que nos gobierna que es más fuerte la sociedad, que ya basta, que estamos cansados, que somos capaces de agruparnos y que somos capaces de hacer un cambio (...) Que no haya ni uno más, llámese médico o ingeniero. No importa el nivel social, todos atravesamos por una situación difícil pero tenemos que estar unidos", dijo.
En su intervención durante el homenaje al que no asistió ninguna autoridad de Gobierno, el director de la Facultad de Medicina y Nutrición, Antonio Bracho Huemoeller, secundó el reclamo de la comunidad médica.
"Exigimos a las autoridades que resuelvan los problemas que tienen la obligación de resolver. No es solamente hoy, ya son varios días atrás que lo hemos estado exigiendo y se hacen sordos. Si no pueden, dejen los espacios a los que puedan pero deben resolver los problemas que existen en la comunidad.
"Exigimos a las autoridades que realmente busquen la solución del problema y no planteen situaciones que ni son reales ni tampoco se ve la realidad de la investigación ni de la solución de los problemas", manifestó.
En entrevista, el presidente de la Asociación de Clínicas y Hospitales del Estado, Carlos Maa Lares, coincidió en la exigencia a las autoridades para que, "si no se sienten capaces busquen a la persona ideal, a quien tenga los conocimientos".
El rector de la UJED, Luis Tomás Castro Hidalgo, se unió al reclamo de la comunidad universitaria y, después de expresar sus condolencias y afirmar que la muerte del médico es una gran pérdida para la Universidad, mencionó: "No solo los médicos sino los abogados, como es el caso de mi profesión, hemos sido golpeados por esta ola de violencia y vaya mi indignación también, mi impotencia y mi exigencia a las autoridades para que efectivamente realicen los actos necesarios para abatir esto y brindarnos paz".
Consideró que, para poder encontrar resignación, es necesario que se haga justicia; "de lo contrario, veremos con tristeza que este crimen se suma a los muchos ya cometidos", concluyó.
Con el reclamo generalizado de que esta muerte no quede impune y con la idea de que "su vida es un ejemplo y su muerte una motivación", los presentes dieron el último adiós al médico cuyo principal motor eran su profesión y sus alumnos.
En la Facultad en donde pasó la mayor parte de su vida, primero como estudiante y después como profesor, despidieron a quien el pasado miércoles fue asesinado cuando salía de su consultorio.
El pasado viernes las clases en la Facultad de Medicina se suspendieron y la comunidad universitaria se vistió de luto ante la pérdida del que consideraron uno de los pilares de la institución.
