Pocos asuntos han resultado tan complicados para el municipio de Torreón como el de la renovación de la concesión del servicio de limpieza.
La semana pasada, el ayuntamiento al fin dio visos de resolver el caso al decidir renovar el contrato a la empresa Promotora Ambiental, S. A. (PASA). No obstante, la administración encabezada por Eduardo Olmos Castro enfrenta todavía un gran reto: elaborar un contrato que resulte benéfico para ambas partes y no sólo para la concesionaria, como ocurrió con el contrato anterior. Para ello, se debe aprender de los errores.
El caso PASA comenzó a complicarse en la administración del panista José Ángel Pérez. La torpeza y opacidad en el manejo del procedimiento a seguir, propició que el tema se judicializara. La empresa interpuso un amparo, el cual sigue vigente, por lo que el ayuntamiento no ha podido concluir con la relación, a pesar de que los 15 años establecidos por el contrato original ya se cumplieron.
El gobierno del priista Eduardo Olmos inició con la consigna de resolver el caso. Luego de un año de cuestionamientos por la falta de claridad en cuanto a los intereses de la administración, apenas la semana pasada el Cabildo tomó una decisión que apunta a destrabar el tan demorado proceso. No obstante, aún falta lo más importante: la elaboración de un nuevo contrato, el punto más crítico del procedimiento.
Aunque la autoridad municipal ha declarado que buscará sentar bases legales diferentes a las signadas hace más de 15 años, que signifiquen ahora sí ventajas para el ayuntamiento y no sólo para la empresa, necesita transparentar el proceso y hacerlo de cara a la ciudadanía. De lo contrario, se corre el riesgo de cometer el mismo error que con el contrato pasado.