Sexo sin orgasmo, ¿tiempo perdido?

Si durante el encuentro amatorio de pareja uno de los integrantes no llega al orgasmo, es importante no dejarlo pasar por alto. El goce de la relación sexual está hecho para dos, y no satisfacer las ganas propias puede generar frustración y desánimo. ¿Cómo evitarlo?

Las parejas tienen muchas formas de proporcionarse deleite sexual aparte del coito. Las caricias, los besos y tocamientos excitantes aplicados en la primera oportunidad que se presente, brindan a los amantes los espacios para preparar un evento erótico a fondo. Pero, ¿qué pasa cuando ya en pleno lance amatorio y con todas las ganas del mundo sólo uno logra el orgasmo? Y si se repite dicha situación, ¿a dónde puede conducir a esas dos personas?

QUEDÁNDOSE A MEDIO CAMINO

Cuando los amantes han disfrutado una vida íntima en la que ambos experimentan orgasmos de manera regular, la relación se consolida; si empiezan a escasear, quien se quede inconcluso buscará una explicación a tal conducta. Podrá responsabilizarse a sí mismo o inculpará a su compañero. Lo cierto es que la falta de ese placer erosionará progresivamente al vínculo, si no encuentran una solución rápida.

Se sabe que existen problemas físicos que impiden que la persona llegue al clímax del encuentro sexual, y al igual se sabe de la importancia de buscar atención médica. Pero en esta ocasión no abordaremos esa clase de cuestiones, por ser bien conocido que ante ellas la solución radica en buscar apoyo profesional. Nos centraremos entonces en otros detalles en apariencia simples, que sin embargo pasan desapercibidos por la mayoría, y a menudo son los causantes de la desaparición de los orgasmos.

Tensión de afuera hacia dentro

La primera condición para alterar la respuesta sexual es la tensión nerviosa, ocasionada por factores diversos, como conflictos financieros o laborales, la inseguridad, etcétera. Llegar a la cama uniendo las preocupaciones con las ganas es una mala combinación.

Asimismo, si después de un primer evento donde no se logró el clímax la persona frustrada se culpabiliza, el muy probable que el problema se repita con mayor facilidad y se convierta en algo frecuente.

A toda prisa

El descuido o apresuramiento previo al coito es otra de las trabas usuales que acarrean dificultad para ‘soltarse’ sexualmente. Una queja constante entre amantes es la falta de cuidado en la excitación. Asumir con prisa que el compañero ya está lo suficientemente ‘encendido’ puede interrumpir su placer y bloquear el orgasmo. Si es el caso, se debe hablar sin lastimar al otro y pedirle que asuma con cuidado las necesidades que requiere para estimularle a plenitud de forma tal que los dos consigan liberarse a través del éxtasis.

Llevar las diferencias a la cama

Las parejas pueden sufrir un quebranto orgásmico si alguno se siente atropellado, disminuido o ninguneado por el otro, o simplemente han tenido algún tipo de diferencia de opinión. El resentimiento creará o acentuará el obstáculo para alcanzar el clímax, pues una forma de expresar la inconformidad con la ‘media naranja’ o con uno mismo es dejar de sentir satisfacción.

Rutina o excesiva programación

“Los lunes toca”, o “cada tercer día, querida, quieras o no”, son frases comunes. Pero tal programación para disfrutarse íntimamente puede convertirse en una rutina que termine por chocarle a alguno de los amantes. Olvidarse de la espontaneidad cobra una alta factura: perder el placer que ansiosamente se busca.

Sin nuevas fuentes de deleite

Es posible que quien presenta problemas para obtener sus orgasmos requiera de nuevas formas de excitación. La lencería para ambos sexos, los juguetes sexuales o incluso los juegos eróticos con cartas, condones o bromas, pueden dar una perspectiva diferente del encuentro. La variedad en las sensaciones ayudará al que esté ‘trabado’ y no logre ajustarse al ritmo sexual de su contraparte. Es a través del diálogo que la pareja conseguirá conocerse mejor y descubrir más opciones en el campo de la mutua complacencia.

FRUSTRACIÓN, ANSIEDAD, ENOJO

Cuando alguien mira a su compañero gozar, mientras en lo personal se esfuerza por alcanzar la culminación sin éxito, experimentará frustración, ansiedad o enojo. Ninguna de esas tres sensaciones contribuirá a mantener una vida sexual activa, pues quien debe asumir la falta del orgasmo sufre su incapacidad, mientras que el otro se frustra por ver la insatisfacción de su ‘otra mitad’. Nada bueno saldrá de tan enojosa situación.

Si la dificultad para lograr el clímax se vuelve habitual, los encuentros pueden distanciarse o se realizarán con un fantasma en medio, y el temor a no deleitarse a plenitud será asfixiante.

Los sexólogos William Masters y Virginia Johnson afirmaron que lo que une a la pareja es el placer sexual. La complejidad para obtenerlo será el primer paso para que la relación se fracture internamente; por ello es de extrema importancia buscar una solución en cuanto se detectan las primeras señales de conflicto.

BUSCANDO JUNTOS UNA SOLUCIÓN

Todo par de amantes puede atravesar temporadas donde el orgasmo sólo sea conseguido por uno de ellos. Cuando esta clase de condición se presenta, es apremiante que hablen con honestidad, a fin de buscar una mejoría en la tónica de su vida sexual. Si los resultados continúan siendo frustrantes, deben buscar ayuda profesional.

La terapéutica sexual podrá combinar medicamentos que contribuyan a incrementar el deseo favoreciendo, la intensidad de las sensaciones y facilitando el éxtasis. La terapia hormonal es otro apoyo médico que ofrece excelentes resultados. Reaprender a focalizar las sensaciones eróticas es igualmente una técnica efectiva. Toda la piel es excitable sexualmente, no nada más el área genital. Es posible resignificar cada zona corporal con un valor erógeno.

Sin duda quienes tienen problemas para alcanzar sus orgasmos pueden recuperarse y retomar el camino del placer para solidificar su relación. Si tiene dificultades en la intimidad sexual, atiéndalos cuanto antes.

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